Capítulo 11- Buns in the oven

6.3K 560 232
                                    


Nota:

Lo sé, lo sé, quieren matarme. Y más por mi bromita de ayer...

Lamento mucho haber tardado tanto, al principio fue porque caí de cabeza en el Sterek, después fue por mi trabajo, falta de inspiración, caer por el Kylux...

Y que una versión de este cap se perdiera, aunque he de admitir que la versión anterior era con un Jim más inseguro, todo estrés y demás. Por lo que este capítulo me gusto más.

Este capítulo es un regalo para todos a los trolle y han estado esperando todo este tiempo por esta actualización.

Sin más preámbulo, disfruten el capítulo.

Corregido por TomLiKaulitz

Buns in the oven

Jim

Me encontraba recargado sobre el lavamanos mientras veía el agua llevarse la poca comida que aun quedaba en mi estómago. Lo único que hasta ahora odiaba de mi embarazo, eran las náuseas y por ende, el vómito.

—¿Te sientes mejor?— preguntó Spock mientras masajeaba suavemente mi espalda

—Creo que sí —respondí cuando me sentí mas compuesto. Me sentía sumamente cansado, pero eso era a causa de la falta de sueño.

Hasta hacia unos minutos atrás, me encontraba sentado completamente inmóvil a expensas de que mi mejor amigo me explicara lo que había encontrado o visto en mi cuerpo, pero las náuseas que de pronto me invadieron me lo impidieron.

Había tenido dos opciones en ese momento.

Vomitarle encima a Selek, que era quien estaba enfrente de mí, para no moverme; o correr al pequeño baño que se encontraba en la oficina de Bones, contradiciendo su petición de que no me moviera. Y estoy seguro que vomitarle encima a un embajador vulcano, infringía varias normas de la federación, por lo que descarte esa idea con rapidez y corrí al baño.

Enjuague mi boca, para quitarme el mal sabor y me seque el rostro con una toalla que Spock me pasó.

Estaba por agradecerle sus atenciones, cuando un gruñido de parte de mi estómago rompió la pequeña quietud que se había creado.

—Este chiquitín parece querer acabar conmigo —acaricie mi vientre con suavidad, sintiendo aún algo de dolor en el— primero me hace vomitar y ahora quiere comer. Si esto será así por otros diez meses, juró que me tiro por la primera escotilla que encuentre.

—Estoy seguro que los síntomas pasarán a partir del tercer o cuarto mes, no es necesario realizar una actividad tan extrema como la de saltar al espacio, Jim. El doctor McCoy podría darte algo para disminuir los malestares hasta que...

Miré fijamente al vulcano que trataba de convencerme de que había otras opciones para disminuir mis náuseas, sin tener que recurrir a un intento de suicidio. Sonreí para mis adentros, ¿por qué los vulcanos se tomaran todo tan literal algunas veces?

—Spock —lo interrumpí, mientras seguía en su dialogo para hacerme recapacitar de atentar contra mi vida— Solo bromeaba. Aunque juro que este será el único bebé que tendré, no me atrevería a pasar por esto otra vez.

El vulcano se relajó notablemente y una tenue sonrisa asomó por sus labios.

—Todo esto es tan raro... —musite mientras me giraba para encararlo y recargarme en el lavamanos— Nunca pensé que esto fuera posible —Señale hacia mi vientre.

The secret in your skinWhere stories live. Discover now