capitulo 13

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Después de la última clase con el profesor de bilogía, fui directamente a mi casillero a dejar mi mochila.

El director nos había pedido acudir a clase y que regresáramos de inmediato y sin distracciones a su oficina, y eso pretendía hacer, pero Sofy se encargó de retenerme en los casilleros.

Quería ser ella quien le explicara al director como surgió el problema con Marcela. Pero creo yo era lo bastante mayorcita como para defenderme sola.

.— ¿Quieres que te espere aquí? — me dijo en tono suplicante.

.—no, tú ve con Alex ya me iré después del castigo, porque estoy segura que esto no quedara en un simple sermón.

.—está bien, llámame cuando regreses a casa.

.— claro, lo hare — le respondí mientras cerraba la puerta de mi casillero.

La vi alejarse no muy segura de sí debería hacerlo, pero en cuanto miró a Alex a lo lejos pareció olvidarlo y corrió apresuradamente entre todo el disturbio de estudiantes para encontrarse con él.

Alex me hizo señas para que me acercara a ellos, pero yo negué con la cabeza y me di la vuelta, ya Sofy se encargaría de explicarle, caminé directamente a la oficina del director.

Había visitado 2 o 3 veces su oficina, pero jamás para recibir un sermón o por reprimendas, así que entre más cerca estaba mis pies cosquilleaban más, mis manos comenzaron a sudar y mi corazón latía cada vez más rápido, señal de que empezaba a ponerme nerviosa.

El director no era una mala persona pero si era muy estricto en cuanto al comportamiento dentro del colegio.

Traté de caminar con precisión y seguridad, el camino a esa pequeña oficina se me hizo larguísimo y el aire se me comprimía en los pulmones como si fuera directo al matadero, era demasiado paranoica lo sé, pero lo cierto era que estaba muy nerviosa.

Por fin estaba frente a la puerta de madera color marrón, giré el pomo con lentitud y la puerta se abrió poco a poco.

Para mi suerte ya estaba Marcela sentada frente al director con aire de superioridad y con una sonrisa y una mirada arrogante, pareciera que se estaba divirtiendo.

Pero esa misma sonrisa fue la que me diera la seguridad que me hacía falta, caminé más tranquila y me instalé en el asiento que estaba al lado de ella.

—¿porque ha tardado tanto señorita Alexa? – preguntó el director.

.—me quedé guardando mi mochila en el casillero, perdón.

.—bien — dijo el director desde su escritorio,  agarrando un bolígrafo jugando con el entre los dedos, parecía relajado.

.— creo que estos últimos días los estudiantes se han sentido más presionados porque se acercan las vacaciones y su manera de manifestarse es descargando su frustración con otros alumnos.

Pero tengo una mejor manera de que descarguen esa frustración suya que lo único que hace es complicarles más su estadía en el instituto, yo también fui joven y también tuve discusiones con mis compañeros.

Creo que fue ahí donde perdí el hilo y dejé de escuchar, porque fue donde comenzó con un discurso de más de una hora de cómo fue su comportamiento cuando él era un estudiante, como arreglaba sus problemas y bla, bla, bla.

No sé cuánto tiempo más había pasado desde que el director había comenzado a hablar pero ya me estaba cansando de estar en la misma posición.

Miré de soslayo a Marcela y pude notar que había desaparecido esa mirada arrogante, estaba igual o más incómoda que yo y eso me hizo sonreír,

Para ese momento el director ya estaba de pie caminando detrás de nosotras haciendo ademanes con sus manos.

DESPUÉS DEL VERANOWhere stories live. Discover now