capitulo 22

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Una vez que estuvimos dentro de la habitación de Jaide mi vista exploró todo el lugar, esperaba que su habitación como la de cualquier adolecente estuviera desordenada, pero mi sorpresa fue encontrarla limpia y todo pulcramente acomodado.
Había un enorme mueble con varias fotografías y un esquinero pequeño de color blanco con otras cuantas fotografías más. Me acerqué a ellas y me quede completamente sorprendida,

en 2 de ellas estaba su madre con él, en otra estaba la familia completa y en una más estaba con su hermano. Lentamente me acerqué al esquinero y entonces las vi, definitivamente era yo, era algo extraño de verdad, la primer foto que tomé entre mis manos fue tomada hace muchísimo tiempo.

estaba sentada en la playa incluso fue mucho antes de que Jaide y yo llegáramos a ser amigos, la observé con detenimiento, estaba sobre una roca recargada mirando hacia el agua sonriéndole a alguien dentro del mar, sin siquiera percatarme de que alguien tomaba la fotografía, la luz del sol se filtraba a través de mí, pues esta había sido tomada a contraluz.

La deposité en su lugar y tomé otra, en esta me encontraba en el instituto, en el patio donde solíamos comer, no había mucha luz, supuse que estaba nublado, me miraba contenta platicando con alguien aunque no sabría decir con quien, solo salía yo en ella, tal vez fuera Sofy, estaba sentada cruzada de pies y recargada hacia atrás con mis codos descansados sobre la mesa detrás de mí.

En la tercera foto estaba sentada fuera en el parque, recuerdo ese día perfectamente, había sido mi cumpleaños, esperaba a Sofy, hacía un calor asfixiante y me había colocado un short y una blusa de tirantes junto con un gorro que mamá había tejido para mí y me lo había obsequiado ese día,

Sofy me había regañado en cuanto nos vimos, me reclamó diciendo que el gorro me luciría mejor con el cabello suelto, pero yo le alegué diciendo que moría de calor, y mamá la defendió diciendo que si quería usarlo , debía hacerle caso a Sofy y usarlo como ella había dicho.

Tampoco me di cuenta cuando esa fotografía fue tomada, cuando iba a ponerla en su lugar me di cuenta que debajo de ella había otra más, la saqué con cuidado y la miré, estaba yo de pie frente a Alexander tomando un libro de sus manos, estaba haciendo un intento de puchero mientras Alex parecía enfadado, aunque no lo estaba, o al menos yo no lo recordaba así.

La puerta se abrió y Jaide apareció, yo seguía con la última fotografía en la mano, sin tener nada que decir me giré completamente hacia él y miré por toda la habitación. Josh no estaba, no sé en qué momento me había dejado sola en esta habitación y en este embrollo, pero era mi culpa al final de cuentas, yo le había pedido que me mostrara las fotografías.

—Lo siento... yo... - traté de explicar.

— ¿Te gustan? — dijo Jaide sonriendo.

— ¿tú las tomaste? — pregunté entre asombrada y extrañada por su reacción ante mi intromisión.

El asintió y se acercó a mí, tomo la que traía entre las manos y sonrió de nuevo,

—Me hubiera gustado que solo salieras tú — dijo

— ¿Por qué jamás me di cuenta cuando las tomabas?

—bueno, me se esconder muy bien.

Sonreí y luego la volví a colocar en su sitio, sentí los brazos de Jaide rodearme por la cintura y su cabeza posarse en mi hombro, al momento me estremecí y mis abejas comenzaron a revolotear en mi interior.

— ¿hace cuánto tomaste esta? — señalé la primera.

—Hace cuatro meses — respondió tranquilamente.

—pero si apenas comenzamos a hablarnos hace un par de meses.

—sí, pero tú me gustabas mucho antes — dijo e hizo su abrazo más fuerte, voltee a verlo y esta vez fui yo quien se acercó a besarlo. Sus labios estaban tan exquisitos que no me cansaba de besarlos, me había enamorado de él y sabía que yo al menos le gustaba a él, no sabía que tanto pero para que me llevara a su casa antes que a ninguna otra chica y tuviera fotografías mías en su habitación, quería decir que también estaba enamorado de mi ¿no?

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12 días más ya conocíamos más uno del otro. Jaide se encontraba recostado al pie de su cama con los pies colgando mientras yo estaba sentada recargada sobre la cabecera y con las rodillas recogidas sobre mi pecho abrazándolas con mis manos, mirando a Jaide.

Me contaba como se había hecho amigo de los chicos, me contó como resultó siendo el mejor amigo de Jesse. Luego me preguntó sobre la plática que él y yo habíamos tenido en la playa, yo estaba tratando de recordar cómo había empezado esa discusión, luego le conté.

—Jesse fue a sentarse junto a mí luego de decidir tomar un descanso, me dijo que si me había cansado de perseguir las olas, a lo que yo contesté que sí, Cuando me dijo que quería ser mi amigo sospeché de inmediato que algo se traía, pero luego él dijo que si tu habías decidido ser mi amigo que él también quería serlo, después me sonrió tan falso que eso me molestó así que le pregunté que cuales eran sus intenciones, y el solo dijo que quería ser mi amigo y eso me cabreó más, así que solté sin pensar lo que había sospechado tiempo atrás.

La forma en cómo te miraba, cómo te seguía, ¡dios! Casi te lo gritaba — sonreí.
— su rostro cambio apenas se lo dije, supongo que no lo esperaba, se puso de pie y me dijo que como habían cambiado tus gustos —no quería continuar, incluso para mí era vergonzoso decirle esto a Jaide.

Pero el insistió en que contara todo y era justo lo que estaba haciendo.

—Jesse dijo que era un fiasco como mujer y que jamás esperara mucho de ti que de eso se encargaría el, y que no sería la primera ni la última que rechazabas gracias a él, que porque dentro de él sabía que estabas enamorado de él — hice un intento de sonrisa.

Luego de eso llegaste tú, y el señor amabilidad volvió, pero yo ya conocía sus verdaderas intenciones.

Cuando terminé de contarle todo a Jaide, se me cerró la garganta pero me contuve, ese idiota no me haría llorar, Jaide no había caído en la trampa con Jessica y eso era lo importante,

Él dijo que de verdad le gustaba, y yo, pues yo creía en él, se levantó del lugar donde estaba y se sentó junto a mí, quitó mis brazos que cubrían parte de mi rostro y me beso.

—olvida todo lo que dijo Jesse — dijo el — para mi eres hermosa y como te dije antes, eres diferente y eso me encanta, luego volvió a besarme.

El beso se fue intensificando a cada segundo, Jaide me recostó sobre su cama y subió sobre mi cuerpo, de pronto me sentí nerviosa al pensar en su madre y su hermano quien a veces venía a la habitación de Jaide, pero él ya se encontraba besando mi cuello, y tocando mi cadera, lo detuve y lo miré con suplica, el pareció entenderlo y se apartó.

Más tarde me mostró sus listas de música, casi nos gustaba escuchar lo mismo. Pasamos el resto de la tarde en su habitación, ya casi anocheciendo me llevó a casa, le prometí a su madre volver en las siguientes semanas, sus ánimos parecían haber vuelto dijo Jaide y Josh también dijo que la próxima vez me ganaría en las carreras de autos.

Las últimas 2 semanas de vacaciones me la pasaba entre la biblioteca y la casa de Jaide, su madre le pedía que me llevara de vez en cuando. Jaide les había comentado en una ocasión a Alex y a Sofy quien ya había vuelto de sus vacaciones, que yo era su novia,

nunca me lo pidió formalmente pero el mismo lo aseguro un día en casa, en su habitación mientras nos besábamos. Su madre era realmente linda conmigo y no creo que fuera por el hecho de que fuera la novia de su hijo, pero había días que tenía malos momentos, más cuando recordaba a su esposo y se soltaba a llorar.

La señorita Meredith me ayudó a buscar unos buenos libros que la ayudaran en su depresión, luego se quedaba un rato dormida y Jaide me llevaba a su habitación y platicábamos por horas, y así fue como conocí un poco más sobre el, no tenían mucho viviendo en la ciudad.

Hace 2 años que se habían mudado desde Canadá, sus padres se llevaban bien pero desde que se habían mudado su padre viajaba con más frecuencia y se distanciaban por grandes periodos, cuando venía estaba cansado y eran pelea tras pelea hasta que decidieron darse un tiempo y separarse,

aunque su madre lo extrañaba a cada día, lo sabía por su forma de hablar de él, yo también le había contado cosas sobre mí, como le había agarrado el gusto al surf gracias a mi abuelo y como me había hecho la mejor amiga de Alex y de Sofy, luego nos besábamos por un largo rato. No habíamos llegado más allá, bueno solo una vez me había tocado el abdomen bajo la blusa, pero solo eso.

DESPUÉS DEL VERANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora