V

2.7K 438 66
                                    

   –¿Que haces aquí Emilio? –dijo mi madre mientras Wade se hacia el enviado del señor dejando todas las bolsas sobre la mesa.

   –Pues esperaba a Laura –me dio un beso en la frente y se dirigió a la salida.

   –Si eso lo entiendo –dijo mi madre mientras invitaba a Wade a tomar asiento, este sonrió y se sentó muy feliz presenciando la escena–. Pero como entraste si te deje fuera... Oh claro, Laura llego y te dejo entrar, lo sien...

   Emilio ya se había ido, no le importo que estuviera Wade, quizá asumió que mamá lo recordaba, aunque claramente no lo conocía y claramente había dejado a mi mamá  hablándole a la pared. ¿Como había entrado Emilio aquí? Mejor ni lo pienso, voy hacer como si tuviera el superpoder de traspasar paredes y así  me evito peleas mentales.

   –Mamá –dije inocentemente–. ¿Que hace el aquí? –o sea este es mi departamento. ¿Quien lo invito a pasar? Donde esta el respeto por la moral.

   –Sera loco tu novio –me ignoro. Claro, si Emilio era loco Wade era el doble, o el triple, no sé como supo que ella era mi mamá , tampoco sé que hace aquí exactamente, pero de que esta loco nadie puede ponerlo en duda.

  –Mamá.

  –Oh si, este joven se ofreció amablemente a ayudarme –vi que mi madre le dio una mirada extraña a Wade. Sin ánimos de ofender, pero con esa pinta de chico malo no me lo imaginaba ayudando a gente por la vida.

  –¿Como? –entre todas mis dudas me senté junto a Wade inocentemente.

  –Como podrás ver, te compre todo lo del mes, muchas bolsas, pesado, Laura por favor, ese nivel de deducción –que tierna que es mi madre–. Además me dijo que te conocía.

  Bueno eso explicaba porque acepto la ayuda, aunque si yo hubiera estado en su lugar no lo hago ni muerta. En ese momento recordé que nada es tan simple, y que Wade podría abrir su boca y encender la llama hacía la tercera guerra mundial, y la charla más  larga de mis días.

  –Es tardísimo –dije parándome de golpe, estaba claramente invitando a Wade a largarse.

   –¿Estas echando a tú madre? Mira que me voy con tú padre esta semana de viaje, quizá dos –no la estaba echando a ella, y creo que esta dando información de más. ¿Que pasa si durante ese tiempo este demonio venía y me asesinaba? Debo dejar de ver series criminalísticas.

  –Como de costumbre –reí. Papá siempre tenía que salir por viajes de negocio, y mamá algunas veces lo acompañaba, y yo, pues yo estaba en la casa de mi tía o algo así. La verdad no me gustan mucho los aviones, que es eso de volar, claro, hay una explicación, pero vamos, no sé ni como pensé huir del continente, aunque situación desesperadas, requieren medidas desesperadas.

  –Entonces me retiro –dijo Wade, con una chispa de maldad en sus ojos.

   –Yo también –dijo mamá dejando un poco de dinero en la mesa, le hubiera dicho que no pero ya me habia gastado mi dinero en alcohol, bueno, no lo mencionare nuevamente, mejor olvidarlo.

   Lo mejor que uno puede hacer en circunstancias como estas es dormir, es la solución mejor a corto tiempo. No sé como voy hacer que el loco de Wade entienda que no estoy embarazada, la orden de alejamiento sería buena opción en casos como este.

   (...)

   Me desperté de un salto al escuchar fuertes golpes en la puerta, madre mía que gente más maleducada la de este lugar, me vendrían a pedir una tacita de azúcar o que a estas horas. Me levante casi a la rastra y abrí.

   –¿Emilio? –dije mirándolo extrañada, se veía que estaba borracho, yo ya no entiendo nada, aunque me asusto un poco pensar que había vuelto a beber–.  ¿No habías dejado de beber? –le tape el paso, no iba dejarlo entrar así. No otra vez.

   –Astuta no –paso su mano por mi cara– muy astuta.

   –Tienes clases en unas horas, ¿que te paso? –saque su mano lentamente.

   Sentí sonar mi celular desde dentro, en ese momento me di cuenta de que estaba amaneciendo y las clases estaban más cercanas de lo que creí.

   –¿No iras a contestar? –sentí desafío en esas palabras–. No paso nada, necesitaba relajarme.

   –Me visto y salgo –cerré lentamente la puerta. ¿Que hago? ¿Y si ya sabia lo que había pasado? Me demore lo máximo posible con la leve esperanza de que cuando saliera ya se hubiera largado. Pero no, cuando abrí estaba ahí con una mirada de furia, aunque no podía descifrarlo.

  –Vamos yo te llevo –no me subo ni de puta madre a su auto con el así de borracho y desquiciado, últimamente había estado imaginando mi muerte en manos de Wade, pero no de Emilio.

  –No, me voy caminando –dije bajando por las escaleras para luego salir por la puerta principal, al salir estaba Wade... ¡¿Porque esta aquí?! Emilio esta tan borracho que ni le importa.

  –Yo te llevo –Emilio me tomo del brazo y tiro hacía el auto fuertemente .

  –Suéltame –no me salía la voz, tenía un mal, horrible presentimiento. Abrió la puerta del auto y trato de que yo entrara.

  –¿Acaso no confías en mí? –la voz de Emilio me sobresalto nuevamente. No podía dejar que manejara.

  Me gire a Wade, este me miraba algo confundido y extrañado, solo vi que venía hacía nosotros.

  –¿Que haces? –dijo Wade poniéndome tras él–. ¿Te volviste loco? –dijo con esa risa sádica que tiene–. Vas a chocar.

  –¿Que haces aquí? Vete a joder a tu madre –le repuso Emilio.

  –No quiero ir a ningún funeral Emilio, agenda ocupada.

  –No quiero mierda en mi funeral.

  –¡Ay! Mal, empezando por el fallecido ya esta saturado de mierda. Como sea, si quieres morir, muérete solo, aunque no creo que se te haga tan facil morir –Wade cerro la puerta del auto y Emilio entro por la otra, haciendo arrancar el motor, no sin antes dirigirme una extraña mirada.

  –¿Que haces aquí Wade? –dije volviendo a mis cinco sentidos.

  –Presentimiento.

  –Psicópata.

  –Instinto paternal.

   –No estoy embarazada...

  –¿Emilio sigue...es siempre?

   –No –dije–. ¿Le contaste demonio del mal?

  –No.

   No es como si Emilio fuera un loco que me fuera a matar cuándo se enterara.

  –¿Te llevo? –Wade me miraba serio–. Si –me tiene que estar jodiendo

  –¿Me preguntaste a mí o a ti mismo?

  –Claro que a ti, loca.

  –Entonces para que te contestas tú mismo, loco, caminare.

  –Porque mis respuestas son mejores –dijo rodeándome por los hombros mientras caminábamos–. Bueno y dime, ¿ le dirás a Emilio? No es por entrometerme –puso cara de ofendido–, pero ya no creo que debas decirle, no sé tú pero yo no quiero que mate a mi hijo del susto.

  –No es solo tu hijo –¿Que le pasa, también es mío? Oh mierda, que acabo de decir–. ¡En caso de que estuviera embarazada ! Caso que no es.

  –¿Estas diciendo que de tener un hijo sería conmigo? –trataba de mantenerse serio pero se veía en sus ojos que se aguantaba una risa–. Yo no creo que no estés embarazada.

  –Pues yo si –dije apurando el paso y sacando su brazo de mis hombros.

  –No te vas a escapar de mí -dijo tomando mi mano y acercándola a su rostro–. ¿Realmente quieres escapar de mí? –sus ojos me miraban fijamente, como tratando de encontrar una clave secreta, que solo él podía encontrar.

  –¿Te conozco verdad?


Te seguiré hasta el infierno [TSHEI]Where stories live. Discover now