XI

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  –¡¿Que haces tú aquí Laura? ¡Encima con este! ¡Vamonos! –me estaba tirando del brazo fuertemente, yo solo seguía pensando quién se creía para hablarme de esa forma. Me gire a ver a Wade, que si seguía con esa cara le iba salir humo por las orejas, bueno al menos eso parecía, por otro lado se notaba confundido, lo entiendo porque yo tampoco me esperaba esto, para nada.

  –¿Que haces tú aquí? –entre mis teorías estaba que quiza fue a mi departamento, vio la estúpida nota que deje y luego nos siguió, es una posibilidad, no sé que asusta más, que nos siguiera o el hecho de que este aquí en un bar en medio de la nada de casualidad, aunque no sería tanto de extrañar, el mundo tiene una especie de odio hacia mi persona.

  –Vamonos, ahora –si su objetivo era asustarme lo estaba logrando, no soltaba mi agarre, al contrarío, estaba haciendo más presión en mi brazo. Desvíe mi atención a otro punto, no sé si estaba volviéndome loca pero sentía que los ojos de Emilo cada segundo resaltaban más, como si hubieran prendido un foco dentro de ellos, parecía que estuvieran brillando.

  –No quiero ir contigo así –aunque no quería mi voz sono asustada, trate de retroceder unos pasos de él pero me fue imposible con su agarre–. ¿Estas bien? –porque mi brazo no lo esta idiota.

  –Me vas a hartar –en cualquier momento me arranca el brazo–. No voy a hacerte daño –me sonrío relajadamente–, jamas lo haría, me conoces, no debes confiar más en un desconocido que en mí, tranquila pequeña.

  Ni te muevas.

   Estoy helada. Era Wade, retumbando en las paredes de mi cabeza, probablemente lo estoy imaginando, lo dijo en voz alta, aceptar mi locura era lo único posible .

  –No –hablo Wade estrechando mi mano libre junto a la suya, dándome una seguridad instantánea que no pensaba admitir nunca en la vida al demonio, en su mano habían unas llaves... ¿Para qué quiero unas llaves? Las empujo contra mi mano para luego soltarme dejando caer su brazo y junto a el mi seguridad.

  –Vamos Laura –mis ojos volvieron a los de Emilio que me observaban fijamente, esta vez hablaba relajadamente, quiza era la luz del lugar pero sus ojos aún seguían luciendo como dos potentes focos en la oscuridad–. Esta todo bien, luego hablaremos de esto.

  Aprete con más fuerza las llaves en mi mano, eran del auto de Wade con seguridad, mi capacidad deductiva no iba a velocidades extraordinarias pero entendí el mensaje con la ayuda de un tirón de Alex, me había olvidado completamente de su presencia en este bar de mala muerte, al parecer es la sensación del momento.

  Emilio se vio obligado a soltarme de su agarre al ver que se le iba encima Wade con una rapidez extraordinaria. No entiendo.

  –Tenemos que salir de aquí –al parecer Alex sabía exactamente lo que estaba pasando, claramente yo no, no podía reaccionar, más bien no sabía–. Mueve esos pies.

  Corrí, corrí hasta la salida buscando el auto de Wade entre la noche, Alex parecía hacer lo mismo que yo, por suerte había dejado el jeep estacionado a unos metros de la entrada solamente, metros suficientes para hacerme reconsiderar volver al bar, algo simplemente me obligó a volver, no podía ignorar lo que estaba ocurriendo allí dentro, la curiosidad mato al gato pero al menos murió sabiendo. A Alex no le dio tiempo de detenerme.

  Al llegar a la entrada nuevamente simplemente no me podía creer lo que mis ojos estaban viendo, ya no eran simples golpes, si seguían así se terminarían por matar, para ser más exacta Emilio matara a Wade, me sorprendió verlo sonreír mientras su sangre estaba tirada por todo el piso junto a él , como charcos de lluvia, una lluvia de sangre. La gente a su alrededor solo ignoraba el hecho de que estuvieran ahí a punto de matarse, como si la fuera lo más normal del mundo y la que estaba mal era yo.

Te seguiré hasta el infierno [TSHEI]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu