XII

1.2K 198 25
                                    

  –Yo...

  –¡Preferiste olvidarme y no te culpo! Tu mente eligió el mejor camino por ti.

  –No...

  La verdad podría jurar que ya no hay vuelta atrás, quiza debería estar escapando en esté preciso momento, aunque me perdiera en el bosque, corriendo el riesgo de que me siguiera verdaderamente hasta el infierno, pero probablemente sería una estupidez porque mi propio infierno es no poder recordarlo.

  –Deberías irte –su voz trataba de volver a la calma, aunque aun oía su respiración alterada en mi cuello–. Es lo único que puedo hacer por ti...Toma mi automóvil, yo ire por Emilio –sus ojos volvían a brillar con intensidad mirándome furiosos.

  –No... –tome su rostro entre mis manos observando mejor la forma en que sus ojos se iluminaban.

  –No te haré daño –en su rostro se veía pánico, en el mío no debió ser distinto porque trato de alejarse de mí lo más cuidadosamente posible–. Tienes que irte –cerro sus ojos y no pude ver más su luz, por un momento me sentí molesta por esa privación de su mirada.

  –No me asusta –dije deslizando suavemente mis dedos por sus párpados. Realmente era cierto, no me asustaba, la verdad estaba fascinada, no era igual que ver los de Emilio brillar, no, era distinto de alguna forma-, déjame verlos.

  Dio un largo suspiro con el semblante serio, luego abrió lentamente los ojos, dejándome atrapada en ellos nuevamente, estaban volviendo poco a poco a su normalidad, si es que era eso lo normal.

  –¿No te asusta? –sus manos fueron rápidamente a mi rostro, una chispa volvía a renacer en su mirada.

  –No realmente... –para nada. Me eran muy familiares, los extrañaba.

  –Acabas de desperdiciar la oportunidad de escapar –dicho esto me envolvió entre sus brazos en cosa de segundos–. No importa que no me recuerdes, yo si lo hago y eso es suficiente para mí –su mano estaba acariciando mi mejilla suavemente.

  –Estas sangrando –trate de alejarlo un poco de mí para poder ver mejor su rostro–, te puedo ayudar.

  –Estoy bien –soltó un gruñido. Si claro, que bien, de maravilla, la sangre esta de adorno–. Voy a estar bien, creeme.

  –Al menos déjame ayudarte.

  –Ayudame así –me jalo del brazo hacia la puerta que se había abierto hace un rato por la fuerza de su golpe, esta vez si me fije en el lugar, porque era imposible no hacerlo, había una pared blanca y otra negra, las otras dos eran multicolor, estaban llenas de vida, tambien había una cama blanca en el centro, unos cuantos muebles, entre ellos una gran estantería de libros que llamo la atención–. Duerme conmigo –se lanzó a la cama, llevándome junto con él.

  –¿Dormir contigo? –las mejillas me comenzaron a enrojecer, no lo vi pero lo sentí, eso debió sonar estúpido realmente, son detalles.

  –No sé en que estas pensando –soltó su risa malévola el muy descarado, me estaba acordando de como me lo encontre en el bar, eso estaba pensando–, yo no te hice nada la noche en que nos encontramos –ahora se reía con más ganas.

  –¿Como? –ahora si que no entendía nada.

  –Quería acercarme a ti...

  –¿Tú me buscaste?

  –Pero tú me encontraste –se quedo mirando el techo como si buscara algo en el–, no vuelvas a beber así.

  –¿Que paso? –claramente mi pregunta es en el doble sentido.

  –Nada –me tenía que estar jodiendo, en otras palabras me estaba diciendo que el sabía que no había la mínima posibilidad de que estuviera embarazada y me estaba jodiendo porque le parecía divertido, no es que no sea positivo que no ocurriera nada ese día pero tampoco era para que me molestara como loco.

  –¿Que fue toda esa actuación de padre protector? ¿Estabas muy aburrido o que? –a lo mejor si lo golpeaba se le pasaba lo bruto, tengo que comprobar la teoría algún día.

  –Bueno eso es otro tema, pero no voy a negar que fue divertido eso de que te ibas a ir del continente, yo no sé si te ibas a ir nadando, en bicicleta o autobús, pero tú le tienes miedo a los aviones –suspiro riendo despacio–, quiza no debí mencionarlo, es bueno que lo superarás –su mirada seguía perdida en el techo, ¿que tan interesante podría tener?

  Claro, no sé si olvidar contaba como superar, pero la verdad pensar en la idea de subirme a un avión no se me hacía tan terrible, sin contar mi mala suerte no habían tantas posibilidades de que justo en mi viaje fuera a ocurrir un accidente, por otro lado nunca se sabe.

  –Mejor no lo pienses mucho –su voz interrumpió mis pensamientos–. Deberías dormir.

  –Tienes que explicarme -si bien él no me asustaba completamente, yo no entendía lo que pasaba, si él no me explicaba iba a enloquecer y puede que aunque me cuente todo me vuelva igual de loca pero al menos tendré motivos, una loca con fundamentos.

  –Creo que no es buena idea, aún puedes no recordarme y seguir con tu vida –esta vez dirigió su mirada en mi dicción, nuevamente sus ojos se estaban iluminando.

  Me comienzo a entrar la duda de que lo provoca, la ira era una opción probable, pero no lo veía molesto, no tanto. ¿En que estoy metida?

  –¿No quieres que te recuerde?

  –No es lo que yo quiera... Tienes que explicarme una cosa. ¿Emilio ha actuado así antes? –ahora me miraba realmente concentrado.

  La verdad mis recuerdos eran lo bastante confusos, si se refería a lo de los ojos, claro que no había ocurrido antes, pero si se refería a la forma violenta, unas veces había llegado borracho y algo descontrolado pero no quería recordar eso.

  –¿La forma de actuar? Si

  –¿Recuerdas a Alex?

  –Algo...

  –¿Cuanto es algo? –no me gustan los interrogatorios definitivamente.

  –Recuerdo que eramos amigos –y era la verdad, eso es lo que recordaba.

  –¿Nada más?

  –Nada más.

  –¿Recuerdas que es lo que te pedía hace unas horas? –esa pregunta no la quería responder, no sabia que pretendía Wade con todo esto pero él se estaba informando de las cosas y yo estaba quedando igual de perdida en todo el tema, muy justo.

  –Se que lo tengo, pero no sé donde, seguramente en mi departamento, no me imagino para que te va servir, no le veo mucha utilidad.

  –Fin de las preguntas, ahora deberías dormir –si cree que me voy a poder dormir con él mirándome con esos ojos esta muy equivocado.

  –Yo no me voy a dormir, tengo un montón de motivos para no hacerlo, si quieres los puedo enumerar, es más lo haré aunque no quieras –vi como puso los ojos en blanco, tenía suficientes motivos en mi lista para aburrirlo–. Primero que nada tienes que contarme que es lo que esta pasando, créeme que no soy adivina, el segundo motivo es que yo te respondí tus preguntas, obviamente ahora es mi turno, por lógica simple –el loco se estaba riendo nuevamente de mí–, como tercer motivo no puedo dormir no sabiendo que va pasar mañana o pasado y así sucesivamente... ¿Me entiendes? No puedo dormír.

(...)

  No estoy completamente segura pero apostaría a que me quede dormida esperando que Wade tuviera la dicha de contestarme algo, si me llego a contestar no me entere, siento que perdí parte de mi dignidad durmiendome en el momento exacto que dije que no iba a dormir, lo superaré.

  Ahora me encontraba cegada por el sol que se escurría por la ventana, Wade estaba ahí parado mirándome fijamente, sin duda el día iba ser largo.

  –Tengo que ir por Emilio.

Te seguiré hasta el infierno [TSHEI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora