poetas Muertos

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Serán retazos de un amanecer enfurecido
lo que recoja nuestro epitafio
cargado de susurros melancólicos
y enigmas versados.
Y creerán entender nuestro arte
cuando no hay arte con sentido
tan solo alma y sentimiento
que acaba en el olvido.

Fue la histeria la que nos hizo
en un ataque de tranquilidad
tras la noche blanca que vivió
antes de nacer dos poetas muertos.

Cuadriculada la página del pintor
y virgen el lienzo del poeta,
baila primero el músico
mientras entona la bella danzante.

Y en el aire, pequeños fragmentos
de un pasado quemado por la rabia
y consumido por el tiempo.

Fue el arte nuestra adicción,
como el arte de amarse rotos
y unir las piezas juntos.

Fue el arte nuestra salvación
de las agujas asesinas del reloj.

Y en la noche ya muerta
observamos las blancas almas
que se unen en nuestra mente
dibujando realidades.

Ya no hay mar que secar,
no hay satélite al que aullar,
no hay cielo que volar,
ni tinta que derramar.

Solo un lejano tictac
que cuenta los segundos restantes
para el adiós definitivo.

Y el grito agónico
que nació en tu boca
y se hizo inmenso en el aire,
fue Requiem para Nosotros.

Llorarán las musas
y ninguna lágrima caerá,
porque no hay cadáver que solloce
y fuimos musa mutua.

Adiós, poetas Muertos,
llega al fin vuestro epitafio en verso
y se escapa
(como arena en vuestras manos)
lo que algún día llamasteis vida.

Melancolía.Where stories live. Discover now