Parte 1: Conociéndose.

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Cuando tenes un nuevo amor y no podes gritarlo a los cuatro vientos... duele.

En la familia Matsuno había diferentes ramas familiares. La principal, que estaba conformada por los trillizos Osomatsu, Karamatsu y Choromatsu Matsuno y una de las ramas secundarias más importantes, que era completada por Ichimatsu, Jyuushimatsu y Todomatsu Matsuno. Estos seis jóvenes de dos ramas diferentes, tenían una rara cosa en común: Eran Exactamente iguales, cosa que extrañaba a los integrantes del clan al ser hijos de diferentes personas y haber nacido en distintos años.

Yendo al grano, lo importante acá es un día en especifico. Un día en el que dos de estos seis individuos se van a conocer y sus vidas van a dar un vuelco de 180°.

Estaba caminando por un sendero en medio del bosque, era de noche y el frío podría incluso calar todos y cada uno de sus huesos, en el final del sendero una figura desconocida que brillaba con la misma intensidad de una estrella. Quería alcanzar esa silueta, pero algo más fuerte que su voluntad le impedía moverse. Por más fuerza que hiciera, no podía despegar los pies del suelo. Algo desesperado comenzó a gritarle a dicha figura luminosa. "¡No te vayas! ¡Ven conmigo! ¡Huyamos juntos, Ninguno de los dos quiere esto!" Eran las frases que se repetían una y otra vez en su cabeza cuando intentaba llamar a la persona X que se encontraba al final del camino. Las lagrimas comenzaron a brotar y deslizarse por sus mejillas cuando los intentos de atraer al desconocido eran inútiles, su pié derecho se despegó bruscamente el suelo y cuando al fin comenzaría a correr para alcanzar a la figura que a cada segundo se desvanecía...

...un molesto y agudo sonido lo hizo volver a la realidad, el despertador anunciando que hoy era el "Gran día" y que debía despertarse. El sol que se filtraba por la rendija de la ventana molestaba en esa mañana calurosa. El exceso de temperatura era irritante, no podía soportarlo. Abrió los ojos ante el molesto calor que su rostro sentía por los rayos del sol, frotó con el puño de sus manos los mismos y miró a su alrededor. Se encontraba sólo, no había nadie más en la habitación. Observó un rincón del cuarto, la ropa pulcramente doblada en uno de los sofás azules que poseía y una bandeja con el desayuno ya preparado y servido, era lo mismo cada mañana, despertar en la misma parte de ese complejo sueño y no poder descifrar la identidad de "La Figura Misteriosa" como le decía él.

Se levantó de mala gana, cansado de tan aburrida rutina y del largo día que tenía por delante, tomó una de las tostadas con mermelada que su desayuno contenía y luego la dejó en su lugar, no tenía hambre al fin y al cabo. Soltando un pesado suspiro agarró la ropa y se dirigió a paso lento al baño.

Los azulejos brillantes y tan pero tan limpios que podrías reflejarte en ellos le dieron la bienvenida al cuarto de baño esa mañana. Una vez frente al espejo, apreció cada sector de su rostro, estaba todo despeinado y la mueca que sus labios formaban no era la más bella del mundo. Ignorando el deplorable estado en el que se encontraba, apoyó la ropa en uno de los banquitos de madera que se encontraban cerca y abrió el agua fría para enjuagar su rostro y despertarse completamente. La primera impresión del agua congelada tocar su piel fue desagradable, le provocó un exagerado escalofrío y una mueca de lado. Una vez finalizado el ritual para aclarar su mente y despabilarse, buscó su tan preciado peine y aliso completamente su rebelde cabello sin despegar la vista del reflejo en el espejo, al fin y al cabo, hoy sería un día sumamente importante para su "futuro" y debía estar "presentable" en la gran ceremonia. Se vistió en el mismo baño, agarró su colonia favorita, "BlueStar" y se colocó una cantidad bastante exagerada de ella, del mueble blanco sacó sus famosos lentes de sol, que hacían juego con su traje negro con apliques azules en las mangas y los bolsillos. Volviendo a su cama, encontró el par de zapatos recién lustrados que usaría, se los puso sin objeción alguna, bueno, no tenía a nadie con quien quejarse tampoco. Una vez preparado y totalmente producido, salió al exterior de su habitación, sus ojos azules chocaron con los rojos de su hermano mayor, Osomatsu.

Amores Prohibidos y Secretos «IchiKara»Where stories live. Discover now