Capítulo 14: La nueva misión.

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Maratón: 2/?

Cuando el trillizo Matsuno mayor estuvo fuera de la sala, Karamatsu se dedicó a mirar directamente a sus chicos, sonriente y algo más alegre que en la mañana. Esa sonrisa estremeció a Ichimatsu, quien se removió incómodo en su sillón individual y miró a los lados, tratando de evitar fijar sus ojos en lo deslumbrante que era la sonrisa de su jefe.

— Ya oyeron a mi brother. Ya saben qué tenemos que hacer. Ahora... yo les diré la verdad detrás de ésta misión. Voy a subir a vestirme y nos vamos a la guarida, ¿okey? —. Y luego del anuncio, salió corriendo escaleras arriba. Dentro de su cuarto, se desvistió a la velocidad de la luz y tomó un jean rasgado en las rodillas de tono celeste claro, unas zapatillas blancas con cordones negros y una remera color azul profundo con una camisa blanca. Lo más casual que encontró, era su día libre después de todo.
Las bocas abiertas de sus subordinados fueron dignas de la carcajada que escapó por los labios de Karamatsu.
Todos estaban sorprendidos por lo malditamente bien que le quedaba esa ropa, hasta Totty; experto en moda, quedó asombrado por el buen gusto.

— Jefe, usted sí que tiene onda. Y yo con ésta ropa común —. Abe hizo uno de sus adorables pucheros mientras tiraba de su chaqueta naranja y luego señalaba su pantalón negro chupin. Hisashi, observó de reojo y con una disimulada sonrisa las expresiones infantiles de su compañero.

— Oh~ Entonces, uno de estos días iremos juntos de compras, ¿sí? —. El jefe sonrió, haciendo que el rostro del rubio hiperactivo se iluminara y diera un gran salto demostrando toda su alegría.
Entre chistes y promesas de un Día de compras sumamentes masculinas que solo los machos hacen, como Jyuushimatsu había dicho cuando se unió a la conversación, ya todos se encontraban en la camioneta de Karamatsu. Los últimos detalles de su próxima misión debían ser arreglados.

Nuevamente en la casa de la rama principal Matsuno:
Choromatsu se arreglaba la corbata negra de su camisa color salmón.
Ya había ordenado todos los papeles que tenía en toda su habitación, y no había encontrado por NINGÚN lado la bendita carta que buscaba.
Estaba frustrado, y se notaba por la forma en la que, ahora, ajustaba su cinturón marrón en los pantalones de vestir negros que portaba. Sus ojos verdes se veían más oscuros de lo usual, las ojeras bajo ellos eran sumamente notorias y no podría hacer nada por ocultarlas. No dormir una noche en verdad demacraba a Choromatsu.
Suspiró como por décima vez y se sentó de forma brusca en la orilla de la cama, gruñendo como un viejo cascarrabias.

— ¿Será real...? ¿No estaré alucinando por el estrés? —. Hablaba solo mientras mordía su pulgar con ahínco. En eso, los golpecitos para nada pacientes en su puerta lo alertaron, y luego, la voz de su hermano mayor y repentinamente nuevo líder pusieron sus pelos de punta.

— ¡Ooyee! ¡Pajarovski! Necesito hablarte de algo, abreme~ —. Canturreó entretenido por el molesto apodo que le había colocado a su hermanito. El estúpidamente apodado "Pajarovski" se volvió a levantar y abrió la puerta de par en par, con su expresión enojada.

— ¿Qué quieres, Nii-san? Estoy algo ocupado en éste momento —. Sus ojos verdes habían recobrado el brillo, ese brillo que detona enojo, dolor y es como si tuviera un cartel enorme con letras destellantes encima que dice: "No me hables, imbécil."
Osomatsu soltó una risa llena de simpleza, no se tomaba en serio los enojos de su pequeño hermano.
— Necesito que me ayudes con unos contratos, como mi asistente debes estar pendiente del trabajo administrativo —. Agrandó su sonrisa, y la expresión de Choromatsu cambió a una de alegría al enterarse que Por Fin haría algo por su clan. Salió de la habitación con rapidez y cerró la puerta tras él con una enorme sonrisa.

— Bueno, si tanto insistes... ¡Vamos rápido que el papeleo no se hace solo! —.
Y la alegría de su hermano, hizo sonreír a Osomatsu.

En el TeamKaramatsu.
La camioneta ya había estacionado en la tierra frente a la "guarida", y todos los Boy's se encontraban bajando de ella. Karamatsu ya tenía las llaves en mano, y abría la primera gran puerta del lugar para que todos sus chicos pasen.
Dos minutos y medio después, todos estaban dentro. Las paredes estaban escondidas en la oscuridad del "edificio" y solo los sillones y las banquetas altas de la barra eran ocupadas por los seis jóvenes que esperaban ansiosos las palabras de su superior.

— Bien, muchachos queridos. ¿Ya todos tienen en claro el plan que nos impuso mi hermano, no? —. Pasó sus ojos azules por todos y cada uno de los presentes, tardando solo una milésima de segundo más en Ichimatsu y dejando escapar una imperceptible sonrisa al ver que también lo miraba fijamente, aunque era obvio, era el jefe dando una orden. Quiso alejar esos pensamientos y mantenerse enfocado en la tarea principal. La mano algo arrugada y con alguna que otra cicatriz de Issei se alzó entre las sombras de uno de los sillones más alejados.

— Señor, ¿vamos a investigar si esos dos hermanos están manchando el apellido o vamos a encontrar la conexión que tienen con Su Hermano? —. La voz ronca y gastada del hombre sonó fuerte, sacándole una sonrisa aún más grande al segundo hijo Matsuno.

— Oh oh~. Isse-chan que observador... vamos a hacer un poco de ambas —. Su sonrisa se ensanchó y las cejas negras y algo gruesas se alzaron sobre sus ojos. Todos lo miraron algo curiosos, ¿cómo que un poco de ambas?. — Ya saben, o al menos es obvio, que Chikaro-kun y Takero-kun están en la rama de la droga junto con Osomatsu. Y nosotros nos vamos a encargar de que ellos dos, y algunos de los que trabajen en la feria caigan. No vamos a llegar hasta mi Nii-san, por que sería sospechoso y notaría que muchos de sus hombres desaparecieron del mapa. Pero conozco a todos los que ahí venden, y ya tengo marcados nuestros blancos —. Su mano derecha se movía de un lado a otro mientras dejaba salir tan chocantes palabras. Las bocas volvieron a abrirse sorprendidas. Hasta para Abe e Hisashi, junto con Issei. Lo que proponía su jefe era sumamente descabellado, ¡quería hundir a su propio líder, que casualmente era su hermano mayor!

Habría que estar loco para apoyar algo así... y, para suerte de Karamatsu, en ese galpón/guarida todos estaban desquiciados.

Holaaa, no sabeen,
mi mami 💙😂 me ayudó a elegir una nueva portada, se emociona como yo o incluso más cuando le cuento cómo avanza la historia.
Voy a estar escribiendo un capítulo más para reemplazar el maratón atrasado, gracias por la paciencia. 💟

Amores Prohibidos y Secretos «IchiKara»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora