Parte 5: Que alguien me explique.

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Las palabras que Karamatsu había pronunciado lo dejaron helado, ni que nunca lo hubiera llamado por su nombre, o le hubiese dedicado una sonrisa. Es que, en esas pocas horas que llevaban conociéndose, cada expresión o mirada que el mayor le dedicaba lo descolocaba, y no sabía porqué.
— Que alguien me explique... Maldición —. Susurró irritado y terminando de bajar los escalones que lo separaban del suelo. — ¿Qué quieres, Kusomatsu? —. Preguntó simulando valentía y sentándose en el pequeño sofá frente al segundo hijo de la rama principal del clan Matsuno. 

El otro chico tomó asiento nuevamente y suspiró revolviendo su cabello. 

— Vine para hablar de negocios, boy. ¿Recuerdas que quiero que tú, y tus hermanos se unan a mi equipo? Bueno, tengo un pequeño trabajo. Osomatsu nii-san ya me encomendó algo y necesito más hombres —. Los ojos violetas se abrieron con algo de sorpresa. 

"¿Tan pronto el jefe encargó algo?", se preguntó mirando fijamente al mayor, sin poder reaccionar. La mano del ojiazul se balanceó frente a su rostro, tratando de llamarle la atención. Hasta que Ichimatsu salió de su ensoñación y asintió frenéticamente. 

— Sí, claro, Kakamatsu, puedes contar con nosotros —.
"Después de todo, más trabajo es más dinero".
Su lado avaricioso salió a flote, haciendo que un aura maléfica lo rodeara, provocándole escalofríos al portador de los lentes ridículos. 

— Okay, en ese caso, hoy mismo a las 21:15 p.m, nos encontramos en esta dirección... —. Dejó una pequeña tarjeta dorada sobre la mesa del living que dividía a ambos jóvenes y volvió a acomodarse en el asiento, hundiendo su espalda en el almohadón durazno y levantando la solapa de su chaqueta de cuero mientras sonreía de forma fanfarrona. — ...no lleguen tarde, mis hombres y yo somos muy puntuales y necesito que ustedes también lo sean. ¿Puedo hablar con tus hermanos? —. Agregó alzando las cejas y quitándose los lentes para parecer más "cool".

— Mmh. Claro, ya los llamo —. Se puso de pié y fue hacia la puerta que daba a la cocina de la casa, para avisarle a su sirvienta que citara a los jóvenes al living para una reunión. Luego de hacer temblar a la chica que limpiaba por su repentina aparición y porque el aura violeta aún seguía a su al rededor, volvió junto a su invitado y se sentó frente a él nuevamente, sin saber qué decir o hacer.
Sintiendo un extraño remolino en su estómago al estar a solas, sin nada que decir, no entendía cómo una sola persona podía ponerlo tan nervioso. Pero allí estaba, con las manos sudorosas por la sola presencia de Karamatsu.
El de ojos azules, en cambio, seguía con su semblante socarrón y engreído, aunque por dentro estaba igual o más nervioso que el menor.
"¿Qué estás pensando, Ichi-kun?" se preguntó, atreviéndose solo mentalmente, en ponerle un apodo vergonzoso y empalagoso. Los labios del nombrado se curvaron en una sonrisa tétrica al pensar en el dinero que el "trabajito" le dejaría. Con eso se compraría nuevos lápices de colores y hojas de mejor calidad, estaba tan sumido en sus pensamientos que no se percató de que Jyuushimatsu y Todomatsu ya habían bajado y lo estaban llamando. 

— Oyee, Ichimatsu nii-saaaan —. Gritaba el de ojos miel mientras agitaba eufóricamente los brazos.

— ¿E-eh? ¿Sí? —. Volvió a la realidad, pestañeando reiteradas veces y mirando a cada uno de los Matsuno frente a él. 

— ¿Qué sucede, Nii-san? —. Dijo con voz aguda y algo preocupada el menor de todos, Totty. 

— No... Nada. Ehem... Kusomatsu quiere decirles algo —. Cambió rápidamente de tema el de orbes violetas, señalando a Karamatsu que solo sonreía a sus palabras. 

— Bueno... Primero que nada, un gusto, boys. Soy Matsuno Karamatsu, y deseo que ustedes tres... — Exclamó abriendo los brazos de forma exagerada y haciendo gestos. — ...sean parte de mi equipo. Si aceptan, hoy mismo les tengo su primer trabajo. ¿Qué dicen, mis queridos muchachos? —.

Amores Prohibidos y Secretos «IchiKara»Where stories live. Discover now