Capítulo 16: Primos y planes enrroscados.

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— Boy's, atentos —. La dura voz de Karamatsu cortó todas las burlas y los celos, calmando las aguas entre sus muchachos. — A dos puestos, lado derecho. El que se encuentra vendiendo pescado a la señora es Chikaro-kun, su hermano debe estar bajando los cajones en la parte de atrás. Ya todos saben que hacer, ¿cierto? —.

Un suave, pero fuerte "Sí, señor" llegó hasta los oídos del jefe, quien sonrió de lado y alzó una de sus manos. Sus dedos se apretaron en un puño suspendido en el aire, y el mini grito que salió por sus labios le dio inicio a la misión.
Todomatsu siguió a pasos firmes y lentos a su jefe, Issei se mantuvo a su lado e Ichimatsu se posicionó atrás de esos dos, protegiendo por todos los ángulos al Matsuno a cargo.
Jyuushimatsu se separó de su equipo y sus pies lo llevaron hacia la izquierda, su expresión era repentinamente seria.
Hisashi fue a la derecha, manteniendo su cabeza en alto, la espalda recta, y su típico andar que decía "Piénsalo dos veces antes de meterte conmigo."
Y, por último, Abe decidió volver por entre los puestos de la feria, haciendo uso de su gran visión y buenos reflejos para notar cada mínimo movimiento de los vendedores y los compradores del lugar.
Todos se habían metido en su respectivo papel, sumamente concentrados en lo que les tocaba hacer.
Los pasos de Kusomatsu se fueron acelerando a medida que los metros hasta su destino se acortaban. No podía negar que sentía ese cosquilleo de miedo y ansiedad en la parte baja de su estómago, y que si no fuera por su equipo, por sus queridos Boy's, habría negado rotundamente esa misión. Meterse en las ventas ilegales de su clan era prácticamente pedir que te asesinaran.

— ¡Hola, primo Chikaro! —. 

Sus pensamientos fueron alejados cuando ya estaba frente al puesto, tratando de entablar conversación con el supuesto sospechoso. El nombrado se giró de golpe, y una gran sonrisa creció en su rostro. Estaba feliz de ver a su primo favorito después de tanto tiempo.

— Ora, Kara-kun. Te he extrañado, hombre. ¿Qué te trae por estos lugares? —. La voz dulce que el vendedor de pescado usaba con Karamatsu hizo crecer el fuego de celos dentro de Ichimatsu nuevamente, tenía que controlarse.

— Verás... vine a hacer unas compras con mis chicos, a entregar unas cosas en el puesto de verduras de la familia, y necesito pedirte un favor, es sobre el idiota de Osomatsu —. El tono que usó fue bajando a medida que las palabras salían de lo más profundo de su garganta. La sonrisa que tenía Chikaro desapareció al oír ese nombre, pero fue reemplazada por un peculiar brillo de odio en sus ojos color miel.
Detrás de él, apareció Takero, con su delantal blanco algo manchado y limpiando sus manos con un trozo de tela viejo.

— ¡Primo! —. Y esa palabra fue suficiente para que, segundos después, Karamatsu tenga a su primo menor colgado de su cuello. Le dolía el alma que Osomatsu quiera hundir a esos dos hermanos, eran sus mejores amigos de la infancia, sus primos preferidos. Que clase de tirano sería ahora su Nii-san para hacer algo como eso.

— Takecchi... ¿Cómo estás? ¿La tía se encuentra bien? —. Acarició la espalda del menor con una suave sonrisa nostálgica en sus labios. Al separarse, las llamaradas de fuego que Ichimatsu lanzaba por sus ojos eran totalmente visibles, su enojo se notaba a kilómetros, y eso alegraba de sobremanera al líder del equipo. La actitud del mayor de la rama secundaria principal fue ignorada por Matsuno Takero, quien seguía muy entretenido abrazando a su primo preferido.

— La tía está súper bien, seguro se alegrará al saber que nos viniste a visitar~. ¿Te quedarás todo el día, cariño? —. Y la carcajada limpia de ambos chicos resonó en el pequeño puesto, solían jugar con apodos empalagosos desde niños, era normal en ellos. Y la risita de Chikaro lo confirmaba.
Karamatsu revolvió el sedoso y castaño cabello de su primito y negó, aún sonriente.

— Chikaro ya sabe para que vine, es algo de negocios, cielo. Lamento no poder quedarme... pero mañana volveré, ¿sí? —. Se acercó y besó la frente del muchacho, haciendo que éste sonriera en grande y asintiera frenéticamente.
El primo mayor interrumpió el reencuentro con su profunda voz.

— Oye, Kara-kun, ¿hablamos en privado, quieres? Take, hazte cargo del puesto. Ya volvemos —.

— Oh, claro primo, vamos —. Se giró a mirar a sus guardaespaldas y les sonrió antes de volver a hablar. — Quédense de este lado, boy's, regresaré pronto —. 

Los tres chicos asintieron y se alejaron unos pasos del puesto mientras Karamatsu se perdía entre los cajones de mercadería y una cortina de plástico color verde.
La charla entre los primos mayores fue corta, y directa. El Matsuno de ojos azules le contó todo el plan y la misión que les encomendó Osomatsu, no podía engañar a su primo, a su mejor amigo de toda la vida.
Chikaro entendió y comprendió la situación de su primo y con una sonrisa amable le dijo que lo ayudaría a hundir al nuevo jefe del clan.
Otro plan fue creado en ese momento, uno totalmente ajeno a la información que el TeamKaramatsu poseía.

— Gracias por entender, Chikarocchi... en verdad no comprendo qué quiere mi Nii-san... se volvió una persona despreciable. Y... vamos a engañarlo con que los atrapamos a Take y a ti, y después... se vuelve en contra de él, ¿cierto? —. Las cejas del que hablaba se curvaron ante la confusión. Y la risita tranquila del de ojos marrones calmó un poco más la situación.

— Mira, hombre. Lo que haremos será tenderle una trampa. Osomatsu querrá que Take y yo estemos hundidos, ya que le arruinamos la venta, nosotros le vamos a hacer pensar que ganó y que tiene toda la venta de... bueno, drogas, para él solo. ¿bien? —.

Karamatsu asintió, repasando todo en su cabeza y volviendo a anotar todo. Era medio lento cuando de misiones enrroscadas se trataba.

— Mañana, cuando vengan los compradores por la mercadería vamos a explicarles que esta vez, Osomatsu no nos quiso dar nada y que deberían hablar con él en persona. Le cae la mafia en la casa y va a tener que dejar de vender a espaldas del clan —.

Parecía razonable la idea, teniendo en cuenta la circunstancia.
Aunque había algo que no le cuadraba a Kusomatsu... algo que flotaba en su mente con un signo de pregunta, y que no se atrevía a preguntar.

Amores Prohibidos y Secretos «IchiKara»Where stories live. Discover now