Capitulo 36

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CAPITULO EDITADO


Salí a grandes zancadas de la casa de Dlyan y me dirigí a la mía. Todo el camino estuve maldiciendo en voz baja y algunas personas me miraban raro, pero no me importaba. Mis pisadas eran fuertes y mi paso era acelerado, pero fue tan acelerado que tropecé con una estúpida piedra haciendo caer todo mi peso sobre un charco de barro.

-¡Mierda!-Grité mientras frotaba mis ojos donde hace unos segundos había pequeñas gotas de barro. Mi pelo, mis piernas y mi camisa estaban empapadas con un marrón oscuro y un aroma horrible.

Cuando traté de levantarme una mano se hizo presente ante mis ojos. Supuse que era para ayudarme a ponerme de pie. De mala manera la tomé y me levanté rápidamente. Miré a los ojos a la persona que me había ayudado y me sorprendí al ver a un chico demasiado alto. Su pelo era negro y sus ojos del mismo color me miraban. Su mandíbula se marcaba a la perfección, parecía un muñeco. Una sonrisa estaba dibujada en su rostro, tal vez se estaba riendo de mi épica caída.

-Gracias-Le dije mientras me sacudía la suciedad y me alejaba de él a paso rápido.

-¡De nada!-Gritó para que lo escuchara.

Una vez en mi casa pude ver a Sienna y Dylan, quienes estaban en la cocina comiendo unas galletas. Se estaban riendo pero en cuanto puse un pie en la sala se quedaron completamente mudos y me miraban con culpa. Los ignoré y subí hasta mi habitación. 

Entré al baño y me di una relajante ducha para quitar todo el sudor y barro que había en mi cuerpo. Debajo del agua caliente me deje llevar por mis pensamientos.

Jamás en mi vida había estado tan confundida con alguien como con Zac.

Muchas personas dicen que las mujeres somos difíciles de entender, pero eso lo dicen las personas que todavía no habían conocido a este hombre.

Zac me ha dejado, esta bien lo entiendo. Zac volvió con Kelly, eso también lo entiendo. Pero que me bese cuando unos días atrás dijo que se había terminado todo, eso es totalmente inentendible. Sentía mucha furia, quería golpearle, otra vez.

Luego de esa ducha que refrescó mis pensamientos salí de mi baño, me puse ropa cómoda y me dispuse a bajar para comer algo.

Una vez abajo Sienna y Dylan seguían allí. Mi hermana me miraba arrepentida, como si su mirada dijera "Lo siento soy una idiota, te amo" y la mirada de Dylan decía "Soy un idiota y no tiene arreglo mi idiotez". Pasé por su lado sin decir ni una palabra y sabía que eso lo ponía mas nervioso.

Abrí el refrigerador y tomé el bidón donde había leche, luego me dirigí a la alacena y elegí mis cereales favoritos.

-Jade, lo sien...

Las palabras de la boca de Dylan se cortaron en el instante que le di un golpe seco en su cabeza. Él frunció el ceño y masajeo la zona golpeada.

-Esta bien, me lo merecía-Continuó-¿Quieres que te prepare los cereales?-Me preguntó abriendo y cerrando sus ojos como si fuera una niña.

-Eso no debes preguntarlo, deberías ya estar haciéndolos-Grité y el rápidamente comenzó a echar los cereales en un tazón con leche.

Volteé a mirar a Sienna, quien se estaba riendo de la situación, y le guiñé un ojo.

-¿Puedo preguntar que ha ocurrido en mi casa?-Se atrevió a decir Dylan.

-¿Tú que crees?-Tomé asiento-Todo ha terminado peor, todo es culpa de tu estúpido cerebro que lo tienes de adorno.

ColdWhere stories live. Discover now