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Lo miraba mientras caminaba de un lado a otro, discutiendo por teléfono con ella, –otra vez– y me da una mirada, pidiéndome disculpas y vuelve a lo suyo. Con «ella» , me refiero a Agustina, su novia, era el tipo de persona que usaba el nombre de Gonzalo para todo, la conoció cuando se fue de Boca y él tuvo que mudarse más cerca del club Lanús, todavía recuerdo cuando se rompió en mil pedazos mi corazón al escucharlo hablarme de ella. Si, yo estaba enamorada de mi amigo quizás desde el día en el que lo había visto en el club aún sin haber cruzado palabras. Todo se hizo mejor cuando hablamos por primera vez en la casa de mi mejor amigo, Licha Magallán.
— ¿estás bien? —pregunté cuando volvió y se sentó.
—cansado del drama. —dijo y le di una mirada comprensiva. —no importa.
—está bien.
—bueno, yo ya me voy pero te veo a la noche, ¿si? —preguntó y asentí mientras se levantaba y besaba mi frente y me golpeo mentalmente por tener ganas de besarlo. Recuerdo el día en el que lo conocí esa noche en la fiesta de Lisandro.
. . .
Salí fuera de la casa de Lisandro y sentí el frío golpear mi cuerpo, acomode mejor mi abrigo que no era de mucha ayuda pero servía para protegerme del mismo y me senté mientras descansaba un poco mis oídos de la música.
— ¿afuera con este frío? —escuché detrás mío y mire rápidamente para ver de quien se trataba.
—creo que es mejor que todo ese ruido. —dije y se sentó a mi lado.
—vos porque no estuviste al lado de Pichy, ¡como habla!
—y con un trago de más, te la regalo. —dije y reímos.
