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Me relajo en la no tan cómoda cama en la que estaba. Ya se me estaba haciendo muy aburrido y desesperante. Además de que había dejado algo preocupadas a las personas que habían ido a ver aquella semejante final, en la que salí victoriosa.
Lulita:
"Para mi que fue por la emoción de haberle ganado a esa inglesa agrandada."
Leo el mensaje de mi amiga y una risita se me escapa. Estaba del otro lado del océano, e igualmente seguía para mí.
"Seguro fueron los nervios Lula... y no seas mala, era buena onda la chica, jaja"
Lulita:
"Seee, claro. Enfin, amiga avisame cualquier cosa que sientas, cualquier cosa que quieras, a cualquier hora. Me subo al primer avión y voy, ¿si? Te amo"
"Jaja, vos tranquila, Lulita. Yo ya estoy mejor, así que más vale que apruebes esos exámenes que te faltanasí volves rápido, ¡¡te amo amiga!!"
Río y pienso en lo que había pasado hace algunas horas luego de haber ganado aquella final de tenis. Me había desmayado en medio de los festejos, lo último que recuerdo fue haber levantado la Copa, recorrer el estadio. Luego todo se había puesto negro, y desperté acá. En el hospital. La puerta abriéndose de repente me deja en shock, asustada. Unos brazos me rodearon tratando de encontrar calma, se la transmito rápidamente al devolver aquel abrazo.
—no sabes cuanto odio a los que pusieron los partidos a la misma hora mi amor. —me decía lamentándose. —A penas la gente del club nos avisó, vine casi corriendo. No sabes lo preocupado que me tenías, Dios.
