Capítulo 32

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Narra Emily

¿Debo marcharme? ¿Realmente quiero hacer esto? Quizás lo que de verdad quiero hacer es quedarme aquí... con mi familia...

Mi madre no me ha venido a despedir, pero no la culpo. Quizás simplemente esté en un atasco, pero no puedo esperar más.

Todavía estoy a tiempo de... No, ¿a quién quiero engañar? Ya he aceptado, no me puedo echar atrás.

Camino dirección a la puerta de embarque, y dudo un segundo. Sin embargo decido que tengo que marcharme, pero no aguanto la tentación de volver corriendo unos segundos, sólo para poder besar a Fred una última vez:

-Te amo.

Después de eso me alejo, dejando atrás una gran parte de mi vida... dejando atrás un capítulo de ella... aunque sé que este libro no se ha acabado, lo presiento.

Un cosquilleo recorre mi cuerpo. Nunca pensé que sería capaz de decirle a alguien te amo.

Subo al avión sin poder parar de sollozar, notando un nudo en la garganta. Procuro no hacer ruido para no molestar a los demás pasajeros, pero duele.

En cuanto despegamos, limpio mis mejillas y abro la caja que me ha dado Freddie.

Un collar... Es un collar precioso... La cadena es plateada, y de ella cuelga un colgante con forma de corazón, también plateado. El adorno es de un tamaño algo menor que dos de las yemas de mis dedos.

Tiene una E grabada en el centro, con una caligrafía muy bonita.

Puedo ver que hay una pequeña hondura en uno de los laterales. Hundo la uña en ella, y al instante el corazón se abre.

Está dividido en tres partes. La parte central tiene una foto mía, la parte de la izquierda una de Fred, y la parte de la derecha una de George.

Me pongo una mano en la boca para obligarme a no sollozar. Es... simplemente precioso. Si reacciono así por el collar, prefiero abrir la carta en privado, no quiero ponerme a llorar delante de todo el avión.

A pesar de que no he hecho ruido, las lágrimas caen por mis mejillas. Un pañuelo aparece en frente de mi cara. Muevo la cabeza, y veo que me lo ofrece la chica que se sienta a mi lado. Tiene más o menos mi edad, quizás es algo más mayor, los ojos verdes y el pelo castaño. Me sonríe ampliamente, y yo acepto el pañuelo:

-Despedida, ¿verdad?-dice.

Asiento con la cabeza y me pongo el collar:

-La primera vez siempre te sientes como si te hubieran arrancado un trocito de ti.

-*snif* ¿Tú... tú ya te has despedido más veces?

-Sí, mi trabajo me prohíbe quedarme mucho tiempo con mi familia.

-Pareces joven para tener un trabajo así.

-19, para ser exactos. Desde hace cuatro años que trabajo en esto.

-¿Empezaste a los 15?

-Si, una joya de la generación.

-¿Y puedo preguntar en qué trabajas?

-Soy deportista. ¿Y tú? ¿Cuál es la razón por la que a tu edad dejes todo lo que amas?

-Me han cogido también en un grupo deportivo.

-¿En serio? ¿De qué deporte? Igual hasta vamos a trabajar juntas.

Suelto una pequeña risa:

-Lo dudo mucho.

Jokes And Sugar (Fred Weasley)Where stories live. Discover now