Jokes And Sugar (Fred Weasley)

Capítulo 69

Narra Fred

-Ya lo siento hijo, pero es como si hubiera desaparecido del mapa...

-No pasa nada papá... has hecho todo lo que has podido. Y tienes más trabajo, entiendo que no puedas centrarte en esto.

Aprieta los labios, y posa una de sus manos en mi hombro:

-¿Estás bien?

Frunzo el ceño, sin responder durante unos segundos:

-Supongo que dentro de lo que cabe...

Arthur asiente:

-Sabes que no tienes por qué rendirte, ¿verdad? Tú la conoces mejor que nadie, igual eso te ayuda más que nosotros.

Intento sonreír, pero me es prácticamente imposible:

-Creo... creo que debería volver con George. Hoy volvemos a abrir la tienda y...

-Oh, sí claro. No te retengo más.

Nos despedimos, y aparezco detrás del mostrador:

-¡Por fin estás aquí! -exclama mi gemelo algo enfadado.

-Sí... siento no haber llegado antes. ¿Qué tal va?

-Como siempre, genial. La gente se estaba quedando sin reservas.

Intento fingir alegría durante el resto del día, los clientes no tienen la culpa de nada después de todo...

Narra Emily

-Me aburro... -le digo al chico con tono amable.

-Yo también... pero ya no se me ocurre qué más podemos hacer aquí dentro.

Entonces una idea viene a mi cabeza:

-¿Y si no estamos aquí dentro?

-¿Salir fuera? ¿sin el permiso de nuestros padres? No me parece buena idea...

-¿Dónde has dejado tu sentido de la aventura Draco? Y no me digas que en casa, porque esa escusa aquí no te vale -río.

Él también suelta una carcajada, pero por un momento me parece distinguir cierta tristeza en su mirada:

-No quiero que nos pillen, podemos meternos en serios problemas. No sé lo que serán capaces de hacer esta vez.

Involuntariamente toco mi vientre, recordando la cicatriz que ahí descansa... aunque no recuerdo quién, o por qué me la hicieron... Es algo frustrante, pero no es el momento de preguntar:

-¿Qué más da? -digo sonriendo-. Soy mayor de edad, y en realidad no nos dijeron exactamente que no podíamos salir.

-Lo dejaron bastante claro -dice frunciendo el ceño.

-Pero no lo llegaron a decir, ¿verdad?

Rueda los ojos, como si estuviera intentando hacer entrar en razón a una niña de cinco años:

-Por favor -suplico-. Tú vienes de Hogwarts, yo llevo aquí encerrada durante meses, y desde que me desmayé tengo la impresión de que voy a salir aún menos.

Aprieta los labios, y un silencio se forma entre los dos durante unos segundos:

-Está bien...

Salto de alegría al saber mi victoria:

-Venga te voy a dejar elegir a donde vamos -digo.

-¿Qué te parece Hogsmeade? -sugiere.

-¿No estás un poco harto de estar allí?