Capítulo 70

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Narra Emily

Hoy ha sido un día bastante normal, no he tenido que presenciar nada excesivamente desagradable, y en cuanto he podido me he encerrado en mi cuarto.

Mi padre y los demás se han vuelto a marchar. Tenían que reunir de nuevo a los mortífagos para hablar sobre planes malvados y bla bla bla...

Quiero volver a ver a Draco, hace un par de semanas que no ha vuelto (aunque lo entiendo), y es bastante aburrido estar rodeada de adultos desalmados. A veces sólo me apetece hablar de algo que no sea lo "maravilloso que es el señor oscuro", y "lo genial que será cuando reine el mundo mágico".

Dejando eso aparte, con la libreta en la mano, y la leve luz de la ventana, dibujo cosas sin pensarlas exactamente. No sé cómo explicarlo de otra manera, porque no sé precisamente de dónde ha salido un frasco de colonia verde.

Suspiro después de un rato, interesada por los dibujos que han quedado plasmados en la hoja. No conozco nada de esto, pero sé que ha tenido que salir de alguna parte recóndita en mi cabeza.

Es algo frustrante, pero tampoco se me ocurre ninguna manera de solucionarlo...

Una mariposa, la cabeza de un dragón, una especie de caramelos, una copa... ¿Por qué estoy dibujando estas cosas?

Aprieto los párpados, esforzándome con todas mis fuerzas por recordar. Algo raro me está pasando.

Un sonoro portazo hace que salga de mis pensamientos y pegue un salto, viendo que alguien a quien no conozco irrumpir en el cuarto.

Grito con toda la capacidad que albergan mis pulmones, hasta que se acerca corriendo y me tapa la boca:

-Siento haberte asustado, Emily -susurra acaricindo mi pelo con la otra mano- Tenemos que irnos, no hay mucho tiempo. George y Bill están buscándote también. Les encontramos y salimos de aquí -exclama sonriente.

Frunzo el ceño, llena de confusión. Intento hablar, pero agarra con cuidado mi brazo haciendo amaines de salir por la puerta.

Me suelto de su agarre con una sacudida, y él me mira extrañado:

-Mira, no sé quién eres, o cómo se supone que sabes mi nombre pero-

-¿Estás de broma? Pequeña, ¡tenemos que salir de aquí ahora! -exclama, y noto el estrés en su voz.

-¡¡No me iré a ninguna parte hasta que me digas de qué me conoces!! -grito.

El chico insinúa que me calle con un gesto, y veo sus ojos brillar por lo que supongo que sea tristeza:

-Vale, vale... Soy Fred, has sido como nuestra hermana desde que teníamos seis años... 

-¿Nuestra? 

-Sí. Yo, George, la familia Weasley en general... ¿No te acuerdas?

Niego con la cabeza, sintiendo pena por el tal Fred:

-Da igual, tienes que venir con nosotros.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Estás en peligro, confía en mí. 

Otros dos pelirrojos irrumpen en la sala:

-¡Por fin os encontramos!

Uno de ellos es exactamente igual que el chico, mientras que el otro estoy bastante segura de que es el que me reconoció en Hogsmeade:

-Vamos, antes de que nos pillen.

-George...

Veo cómo una lágrima cae lentamente por su piel. Inmediatamente me siento mal:

-Oh por Merlín, lo siento -digo limpiando su mejilla- De verdad que lo siento, pero no consigo recordaros.

Los otros dos abren los ojos impresionados, sin saber muy bien qué decir.

Mientras yo sigo intentando consolar a Fred, su gemelo se acerca a mi cuaderno, cogiéndolo con cuidado. Al rato exclama:

-¿Seguro que no nos recuerdas? 

-No creo que sea el mejor momento para mentir sobre algo así -explico.

-¿Por qué lo dices Georgie? -pregunta el chico.

-Esta mariposa es exactamente igual a la que dibujamos en la Madriguera de pequeños.

Fred se acerca al cuaderno, y ambos miran al que supongo que sea Bill:

-Obliviate, nos ha olvidado, pero los recuerdos siguen ahí, en alguna parte. Supongo que eso sea lo que hayan hecho.

-¿De qué habláis? ¿Borrarme la memoria? -río.

De repente, una imagen aparece en mi cabeza, y parezco conectar las ideas... las fotos del collar. Abro el colgante, comparando a los chicos:

-¿Cuándo me disteis esto? -digo convencida.

Parecen soltar un suspiro de alivio. Son ellos:

-Cuando te fuiste a Bulgaria. No sabíamos si volverías, y quería que siempre nos tuvieras cerca de alguna manera -suelta Fred.

Asiento lentamente, enternecida. Si eso es verdad, tuvo un detalle:

-¿Quieres alguna respuesta más? Si eso hace que nos creas, haremos lo que sea -afirma George.

-¿Por qué os preocupáis tanto por mí?

Se miran entre ellos:

-Te lo he dicho, eres parte de la familia.

Bill pone una mano en mi hombro, y por alguna razón no le digo que se aparte:

-Tienes que estar con la cabeza hecha un lío ahora mismo, pero vas a tener que confiar en nosotros. ¿No ha pasado nada raro últimamente? 

-... He tenido la sensación de que faltaba algo. 

El silencio se hace presente, hasta que unos pasos se escuchan en el piso de abajo.

Horrorizada, cierro la puerta de mi cuarto:

-¡Bienvenidos a casa! -grito.

Aprieto los labios fuertemente, pensando a gran velocidad en qué hacer:

-Tenéis que marcharos, ¡ahora!

-Hemos venido por algo, no nos iremos sin ti.

-¡No puedo desaparecer así como así! ¡Me buscarán!

Escucho unos pasos comenzando a subir las escaleras:

-¡Apareceros en otra parte!

Obedecen, pero antes de hacerlo uno de ellos agarra mi muñeca sin que yo pueda hacer nada...

La última imagen que tengo antes de notar cómo la cabeza me da vueltas (es normal en estos viajes), es a mi padre alzando la varita, y visiblemente furioso.

Jokes And Sugar (Fred Weasley)Where stories live. Discover now