Capítulo 57

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Narra Emily

Ya no hay vuelta atrás... hice las maletas después del entrenamiento. No avisé a nadie, aunque Megara me vio, pero no me paró en ningún momento.

*Flasback*

-¿Emily?

Mierda, mierda, ¡Mierda!:

-¿Qué estás haciendo?

-Eh... yo... sólo ordenaba unas cosas y...

Meg sonríe y me da un gran abrazo:

-Prometo ir a visitarte de vez en cuando.

*Fin del flashback*

Antes me he puesto la capa morada que me regalaron los del equipo, para que nadie me reconozca por ahora. Tengo que cruzar todo el callejón, al fin y al cabo.

Miro cuidadosamente hacia los lados, pero no veo a nadie más que a una señora tomándose un café.

Comienzo a caminar despreocupadamente, aunque por un momento empiezo a pensar si me habré pasado la tienda.

Sacudo la cabeza. Si no, volveré, no pasa nada. Pero esto, es lo primero en muchísimo tiempo que se siente bien. Resulta que esto es lo correcto, y me encanta.

Unos cuantos pasos más, y no tengo dudas de que lo que se alza delante mío es la tienda. Por Merlín ¡es impresionante! Del ventanal sobresalen unos brazos y una cabeza, que tiene un sombrero con un conejo que a veces desaparece.

Está cerrado... he llegado tarde... la puerta no cede. Suspiro y saco a Trébol:

-Alohomora -susurro.

Por fin, el pomo se gira de manera silenciosa, permitiendo que entre. Pero una campana que avisa de los clientes me delata.

Sin embargo no veo a nadie. Voy mirando por los alrededores. Están todas las cosas que creamos los últimos años, y también otras que nunca había visto:

-¡Lo sentimos, está cerrado vuelva mañana!

Me estremezco al oír la voz de George. Se ha vuelto algo más grave, pero sigue siendo reconocible.

A pesar de la advertencia sigo caminando por la tienda. Paro en un producto que está iluminado por varias luces. El "Chas chas". Son unos pequeños frascos con un líquido añil que al vertirse sobre un par de zapatos, hacen que al que se los ponga baile claqué por un tiempo indefinido.

Encima de la caja donde están los frascos hay una foto mía. Pone "Contribución de la famosa jugadora de quidditch Emily Dunne", me hace ilusión, para qué engañarnos.

Al lado de la caja hay una edición más pequeña. ¿Cómo se llama? "Peque chas". Seguro que eso ha sido idea de Fred, y no puedo evitar sonreír de manera estúpida.

Sin querer tiro al suelo una de las bocas de cuerda que hay al lado, y empieza a hacer ruido. George vuelve a hablar:

-¡Le repito que está cerrado!-dice un poco más alto, pero sin perder la calma.

-¿Estás seguro de que cerraste la puerta George?

Mi corazón se acelera aún más al oír esa voz:

-¡Habrá sido algún problema! ¡No te preocupes!

Noto cómo el suelo del piso de arriba cruje, indicando que uno de los gemelos va a bajar.

Me quedo inmóvil, con la capucha de la capa quitada. Ahora mismo no sé exactamente cómo reaccionar. En seguida oigo las pisadas por las escaleras. Antes de que termine de bajar, George empieza a decir:

Jokes And Sugar (Fred Weasley)Where stories live. Discover now