Capítulo 4

60.4K 7.9K 24.1K
                                    

Tooru estuvo con un humor de perros los siguientes días. Lo único que lo relajaba eran las llamadas nocturnas de Iwa-chan.

—Y no se contentó con echarme a perder las prácticas de volley. ¡Ah, no, no era suficiente! ¡ENCIMA TAMBIÉN ESTUDIA EN LA FACULTAD DE SALUD! —se quejaba Tooru aquella noche durante la charla con Iwa-chan.— ¿Es alguna clase de acosador psicópata o qué?

—Cálmate un poco, veamos el lado positivo de todo esto —propuso Iwaizumi con tranquilidad.

—¿Cuál sería? —murmuró poco convencido.

—Que sólo me llevará un partido derrotarlos a los dos juntos —repuso Iwa-chan.— Es como una oferta de 2x1, qué genial —y se echó a reír con ganas.

—¡No es gracioso! —objetó Tooru sumamente indignado.— ¡Ponte en mi lugar! Prometí vencerte cuando nos reencontráramos en la cancha, pero eso significará que haré ganar a ese imbécil. Y si él pierde, lo cual me encantaría ver, ¡significa que yo también perderé ante ti! ¡No gano de ninguna forma! —aquella conclusión solo sirvió para aumentar las carcajadas burlonas del otro lado de la línea.— ¡Dile a esos dos que también los odio y los rebajaré a la categoría de Ushiwaka! —podía escuchar a Mattsun y Makki también riendo de fondo.

—Es curioso cómo funciona el karma, pero debo agradecerle —agregó Iwaizumi entre risas.

Tooru sentía que nadie lo comprendía en su desgraciada angustia.

—Voy a darle los peores pases del mundo hasta que se harte y se cambie de universidad.

—Sabes que no lo harás —replicó su amigo.— No puedes no tomarte en serio el volley, Idiotakawa.

—Eso solo me enfurece más —suspiró sintiéndose derrotado por todos los flancos.— Te extraño. Quiero verte.

Aquello cortó en seco las risas de Iwaizumi. Hubo un breve silencio hasta que habló de nuevo.

—¿Vendrás a casa para la Golden Week?

—Era mi idea original... pero parece que tendremos prácticas intensivas esos días, porque luego habrá un partido importante para los que no somos titulares —explicó Tooru, desanimado.

Faltaba poco para la semana de feriados, no tendrían clases pero sí actividades deportivas; al menos los que quisieran mostrar un compromiso a la altura de ganarse la titularidad.

—Y por eso estás en Tokio, así que deja de sonar como si te estuviesen condenado a muerte por quedarte a practicar volley.

—Aunque también me extrañas me apoyas en mi sueño —se maravilló Tooru.— Eres tan comprensivo, Iwa-chan.

—No, simplemente estamos muy tranquilos por aquí sin ti, no nos molesta que siga así por mucho tiempo —y volvió a carcajearse, coreado por los otros dos.

Tooru se fue a dormir enfurruñado. Consideraba que Iwa-chan debía reconfortarlo y animarlo en un momento tan delicado como éste para la salud de su ego. Quería ser abrazado y mimado. Aquella noche soñó que por fin hacía contacto con alienígenas, quienes lo llevaban en un plato volador a la galaxia U5H1W4C4; los habitantes eran todos clones de Ushijima con piel violeta que coreaban "Debiste venir a Planetorizawa". Despertó gritando y sudando frío.

Los días continuaron y el humor de Oikawa no mejoraba. Sobre todo cuando en los entrenamientos no le quedaba más remedio que estar en el equipo de Ushijima. Funcionaban tan malditamente bien coordinando, que lo odiaba cada día más. Por lo mismo fue ajustando su rutina para cruzárselo lo mínimo posible, por lo menos fuera del gimnasio. De vez en cuando se encontraba a Daichi, que hacía lo mismo pero evitando al dúo dinámico Bokuto-Kuroo. Uno de esos días terminó almorzando con Daichi en un banco apartado del patio.

El Club de los 5 - Haikyuu!!Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu