Capítulo 39

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Las serpentinas y el confeti volaron hacia el techo antes de caer en una miríada de brillantes colores, al tiempo que un potente grupo de voces exclamaba:

—¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!

Bokuto esbozó una enorme y radiante sonrisa mientras se inclinaba sobre el pastel, inspirando con fuerza antes de soplar para apagar las velas con forma de número veinte.

—¡Kuroo! —Se hizo oír la voz de Oikawa, en tono apremiante.

Y entonces Kuroo puso una mano sobre la nuca de Bokuto, empujándolo y haciéndolo enterrar el rostro en buena parte del pastel; las risas estallaron al instante.

Era el día veinte de Septiembre y Bokuto cumplía veinte años, por fin la mayoría de edad legal. La sala del departamento que compartía con Kuroo estaba adornada con globos y papel picado en diferentes formas; un enorme cartel que rezaba "¡Felicidades!" colgaba en la pared, detrás del agasajado. La mesa estaba repleta de platillos y bocadillos variados, coronada por el gran pastel con forma de cancha de volleyball que acababa de quedar medio destruido. El departamento se veía un tanto pequeño debido a la cantidad poco habitual de personas allí reunidas. No solo estaban Akaashi y Kenma, cuyas presencias ya eran parte acostumbrada del lugar, además de Yuu y Miyuki, visitantes asiduos, y Shirabu, cuyas visitas eran más infrecuentes pero no tan raras a estas alturas; si no que también estaban presentes Goshiki, Hinata, Kageyama, Yamaguchi y Tsukishima. Todos reunidos en torno a Bokuto, ahora con la cara llena de pastel.

—¡Brooo! —Se quejó el muchacho mientras Akaashi le pasaba un paño para que se limpiara—. ¡No alcancé a pedir mis deseos!

—Pfff, seguro tus tres deseos eran: "Akaashi; Akaaashee y Agaashee" —dijo la voz de Oikawa una vez más—. Ya lo tienes a él en vivo y en directo, así que deseo concedido.

—¿Cómo lo supiste? —Bokuto abrió mucho los ojos.

—Venir a Estados Unidos me abrió el chakra de la clarividencia —ironizó Tooru.

—Eso puede ser muy útil en la predicción de jugadas en un partido —intervino Ushijima seriamente.

Hubo un breve silencio general.

—¿Kuroo? —Llamó Oikawa otra vez—. ¿Me harías el favor de desconectar a la vaca? Te lo agradecería mucho.

En la mesa habían dos laptop ubicados frente a Bokuto, con una video-llamada conectada cada uno; en una pantalla se lo podía ver a Oikawa y en la otra a Ushijima, ambos en sus respectivas habitaciones al otro lado del Pacífico. Habían organizado el festejo de modo tal que la diferencia horaria con Norteamérica no los encontrara durmiendo u ocupados a los dos chicos.

—Pero lo que dijo Ushijima-san es cierto —opinó Kageyama entonces, también muy serio.

Tsukishima lo miró de reojo con expresión hastiada y Yamaguchi esbozó una breve sonrisa. Hinata, por su parte, masticaba papitas fritas sin enterarse de nada.

—Rehago el pedido —dijo Oikawa desde la pantalla—: Kuroo, desconecta a la vaca, ¡y saca a Tobio-chan de mi maldito lugar!

Kageyama estaba ubicado en el cojín junto a la mesa que solía usar Oikawa, y Hinata, a su vez, estaba en el lugar de Ushijima. A ambos chicos les llamó atención que en aquellos dos sitios de la mesa hubiesen unas pequeñas figuras de un alien y una vaca, respectivamente, pero Daichi les había ordenado que no debían quitarlas de allí.

—Ya, Tontooru, no seas tan grave con tu tierno kohai... —Kuroo sonrió sardónicamente.

Oikawa infló las mejillas.

El Club de los 5 - Haikyuu!!Where stories live. Discover now