Nada para Navidad

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10 de Diciembre de 1985

Foxfire Hall:

Severus estaba convencido de que Harry estaba canalizando al bastado de James Potter esta temporada. Actualmente, desde que Harry había cumplido cinco había desarrollado una actitud difícil. Una con la que Severus le costaba lidiar y que le quitaba la paciencia a Augustus. El viejo, que estaba por cumplir los 98 años, había decidido que su pequeño bisnieto era ya lo suficientemente grande para hacer pequeñas labores en la mansión, como ordenar su habitación y sacar las malas hierbas del jardín de Drusilla, cosa que esperaba le enseñara al chico algo de responsabilidad. Pero a Harry no le gustaba hacer labores rutinarias por que decía que eran aburridas, y se quejaba y se quejaba, preguntando porque no lo hacían los elfos domésticos.

Severus le había dicho que Lina y Hotspur, eran elfos libres, que no requerían hacer todo por el, como si fuera un malcriado sultán en un palacio. "Una cuantas labores no te mataran, ahora deja de quejarte," le dijo con sequedad.

Harry puso mala cara e hizo un puchero haciendo que Severus deseara sacudirlo con fuerza. Luego se marcho a su habitación. Cuando Severus subió a chequear su progreso media hora después, descubrió que Harry apenas había echo algo. Completamente molesto, Severus fulmino con la mirada a su revoltoso hijo y dijo, "No tendrás permitido salir de aquí hasta que vea el piso de esta habitación. Ahora comienza a recoger tus juguetes y guárdalos de inmediato."

"Pero Papa, ¡Es muy difícil!"

"¿Oh? No fue muy difícil hacer este desorden, ¿cierto?"

"No."

"No. ahora comienza a limpiar, o pasaras el resto del día en tu habitación jovencito."

"¡Bien!" Harry grito insolente.

"Cuidado con ese tono chico, o te quitare la mitad de tus juguetes. No me hables de esa manera."

"¡No eres justo!"

"Así es la vida. Acostúmbrate. Volveré en media hora y es mejor que hayas avanzado." Luego cerro la puerta tras el cuidadosamente.

Solo después de eso su hijo comenzó a hacer lo que le había mandado.

Pero después era como si el clon de James Potter hubiera entrado a la casa. Harry puso sal en el azucarero y Lina preparo un pastel creyendo que era azúcar y cuando se sentaron a comerlo esa noche, todos terminaron haciendo arcadas. Lina estaba mortificada, pero Harry solo se puso a reír. Severus interrogo al pequeño hasta que confeso, resultando que fuera enviado castigado a su habitación y en que tuviera que escribirle una pequeña nota de disculpas a la elfina.

Luego decidió deslizarse por la barandilla de la escalera y termino volando a trabes de la habitación y chocando con un gran jarrón japonés que Augustus tenia en una esquina y quebrándolo. Augustus lo reparo con un hechizo, pero todavía estaba enojado con Harry por jugar tan despreocupadamente en la casa, y le dio un buen reto y un rato parado en la esquina.

"Tu sabes mejor jovencito, se que lo haces. ¿Cuantas veces te he dicho que no te deslices por la barandilla?" pregunto Augustus, con las manos en las caderas.

"¡Pero es divertido, abuelo!" protesto Harry. "No era mi intención romper ese tonto jarrón viejo."

"Si era tu intención o no, no es el asunto. Me has desobedecido intencionalmente y eso no lo tolerare. Ahora, vete a la esquina."

"No, ¡ahí no!" se quejo Harry. "Odio estar ahí."

"¡Ve!" Augustus apunto con un dedo.

Harry arrastro sus pies todo el camino, quejándose.

Dejado en un pesebreWhere stories live. Discover now