Que haya paz en la tierra

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Después del término del funeral, y cuando el último de los invitados había regresado a su hogar, Severus y su familia pudieron finalmente descansar y relajarse. Todos se sentían bastante agotados emocionalmente y después de sacarse sus ropas formales y ponerse más confortables, Severus les ofreció té. Le dijo que era el normal Earl Grey, pero estaba mezclado con una Poción Calmante, e incluso él lo bebería, sabiendo que le sería útil a todos. La poción calmante no les quitaría la pena, pero la disminuiría ligeramente y les daría algo de respiro por la tremenda perdida que sentían. En estos momentos necesitaban eso.

Le había pedido a Lina que trajera el té a la sala, donde Sandra se estaba relajando en el pequeño diván con sus pies levantados, leyendo el Semanario de las Brujas, y Harry estaba acariciando a Warlocke, que estaba apoyado sobre el gran sofá. Warlocke también estaba tomando con dificultad la muerte de su amo, y parecía recibir con alegría los gentiles dedos del niño y sus murmullos. Severus caminó justo a tiempo para oírle decir a Harry, "Eres una excelente lechuza de correo, ¿no es así chico? Y te necesitamos, así que no te apures en seguir al abuelo, ¿está bien?"

El corazón de Severus casi se rompió por el ruego en el tono del niño, y vio a Sandra disimuladamente limpiarse una lágrima. Mi pobre hijo, tan joven y preocupado por la muerte. Ahora te preocupas por una lechuza melancólica. Desearía haber podido evitarte esto. Pero desafortunadamente, la muerte es un demonio que todos debemos enfrentar algún día. Se sentó en el sofá al lado de Harry, gentilmente corriendo el gran cuerpo de Magnus de su camino. El perro estaba echado sobre la alfombra enfrente del sofá y apenas despertó cuando Severus lo movió.

Valeska también estaba en el respaldo del sofá, acicalando sus magnificas alas. "Hola, mi belleza," le dijo con cariño, usando un tono de voz que solo usaba para ella.

Ella recibió con alegría sus caricias, sus ojos dorados brillaban con afecto. Paso como siete minutos acariciándola, antes de que ella se quedara dormida.

Warlocke entonces voló del sofá, dirigiéndose a su percha, donde también estaba Hedwig, y permitió que la joven lechuza lo acicalara. Parecía bastante encariñado con la hermosa lechuza blanca, y Severus esperaba que esa atracción ayudara al ave a desear seguir viviendo.

Lina llego con la bandeja de té y les sirvió. Ella también había preparado unas tartas de melaza y fresa, Harry se comió dos y bebió su té ante de apoyar su cabeza en el regazo de Severus. No había hecho eso en mucho tiempo, pero ahora ansiaba el contacto. Sintió los largos dedos de su padre acariciar su cabello, y se estiro en el sofá, como su mascota solía hacerlo, que en estos momentos dormía en su cama arriba, habiendo desaparecido allí después que comenzaran a llegar los invitados.

Harry se sentía bastante adormilado, pero primero tenía algunas preguntas para Severus. "¿Papá?"

"¿Si?"

"¿Qué quiso decir antes Sirius Black, cuando dijo que tu odiabas a mi papá James?"

Severus exhalo con suavidad. De verdad no quería discutir su infancia y a James Potter ahora, pero sentía que Harry seguiría dándole vueltas al asunto y preocupándose por eso hasta que le saliera una ulcera. "Cuando conocí a Potter, en la escuela, él era un bravucón arrogante. Era buen mozo, rico, y podía usar su encanto y su genial sentido del humor para librarse de casi todo. Andaba con una pandilla de matones y bromistas llamados Los Merodeadores. Black era uno de ellos, también el hombre que traiciono tu padres con Voldemort, Pettigrew. El otro era un hombre llamado Remus Lupin, que luego descubrí era un hombre lobo. . ."

"Eran de Gryffindor, ¿cierto?"

"Si, y yo estaba en Slytherin y ante sus ojos eso me hacia el enemigo, y objetivo de su llamada diversión. . ."el tono de Severus se oscureció. Le conto a Harry su historia con los merodeadores y de como Lily lo defendía.

Dejado en un pesebreWhere stories live. Discover now