Sentimientos encontrados.

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<Hola diario.
Perdón por el abandono, pero he estado muy ocupada. Este año las materias se han vuelto más complicadas y los profesores más exigentes. A excepción de Lockhart, que no hace otra cosa que mandarnos como tarea leer sus dichosos libros y luego responder cuestionarios en donde solo pregunta cosas referidas a él.

Debo admitirlo, aunque parezca contradictorio, al menos con Quirrell aprendíamos algo. Aunque en verdad no lamento su muerte. Se la tenía merecida.

No tendré tanto tiempo para escribir como antes, ya que a fin de año tendremos que rendir los T.I.M.O.S, y habrá que estudiar todo lo que hemos visto desde primer año.

Te dejo porque me caigo de sueño. La profesora Sinistra nos tuvo hasta muy tarde estudiando astro por astro la constelación de Orión.

¡Qué fastidio! ¡Juro que cuando pase a sexto año dimitiré Astronomía!>


Aunque habían aprobado exitosamente el T.I.M.O. de Pociones, Williams y Oliver, decidieron no continuar con la asignatura a partir de sexto año.

Disponían de mucho tiempo libre, ya que habían dimitido D.C.A.O. también. Aunque debían hacer deberes mucho más extensos y estudiar el doble para los exámenes de Transformaciones y Encantamientos. Y por increíble que les pareciera y aunque ambos habían decidido seguir con la carrera de periodismo deportivo en el caso de Williams, y Oliver, jugando al Quidditch a nivel profesional, debían seguir obligadamente con Historia de la Magia y Herbolaria. Tan solo Percy seguía cursando todas las asignaturas, ya que postulaba al Premio Anual para cuando le tocara cursar séptimo año.

Aliccie entre tanto, continuaba con Runas Antiguas, Cuidado de Criaturas Mágicas y Aritmancia, pese a que todos sus amigos la habían dejado. Estos habían intentado persuadirla de que la abandonara también, y que tomara Adivinación ya que era relativamente lo mismo. Pero se había negado, con la excusa de que no creía que fuera de mucha utilidad, y que era preferible abocar sus conocimientos a cosas que la obligaran a ejercitar su mente y mejorar su concentración. Y para eso no existía nada mejor que la composición de cartillas con números complejos y los muy extensos cálculos de las clases de la profesora Vector.

Aun así la asignatura que más detestaba, seguía siendo por lejos D.C.A.O, que a partir de ese año sería impartida por Gilderoy Lockhart.
No obstante y tras confirmar en qué consistían sus poderes, debía admitir que era necesario profundizar sus conocimientos en las artes oscuras, puesto que la habilidad para incursionar mentes ajenas era una de ellas. No en balde descencía de una familia de magos, portadora de una maldición heredada por un lejano antepasado que había sido castigado por culpa de ese poder.

D.C.A.O. era casualmente, la primera asignatura de los días lunes. De modo que después de desayunar en compañía de sus amigos y de escuchar el mensaje que la madre de los hermanos Weasley había enviado, mediante un vociferador, a Ron, por llegar a Hogwarts volando en un automóvil (lo que le había provocado una serie de problemas con el Ministerio al señor Weasley) se dirigió al aula con su mejor disposición.

Sin embargo, el nuevo profesor tardó alrededor de media hora en presentarse ante la clase, excusándose con haber tenido que dar instrucciones precisas a la profesora Sprout, mientras esta curaba las ramas dañadas del sauce boxeador, agredido por el automóvil volador de los Weasley.

Fue la peor clase a la que Aliccie hubiera asistido.
Lockhart dedicó el resto de la hora a hacerlos completar un cuestionario con preguntas sobre el contenido de sus libros. Pero para su sorpresa, estas eran referidas a cuestiones personales del vanidoso profesor y no a los contenidos de sus obras en sí.

Siete Años en Hogwarts.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora