Confrontación.

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Querido diario:

Pasaron muchas cosas mientras estuve en la enfermería.

Para comenzar, Crookshanks, el gato de Hermione, finalmente se comió a Scabbers, la rata de Ron. La verdad es que yo no lo lamento en absoluto, pero me entristece que desde ese momento, ellos ya no se dirigen la palabra. ¡Como si tuviera algo de extraño que un felino devore a un roedor!

Por suerte, Harry Potter reanudó su amistad con Hermione, ya que la profesora Mc Gonagall le regresó su escoba nueva y gracias a ello, Gryffindor ganó el último partido de Quidditch contra Ravenclaw.

El insoportable Draco Malfoy, sus dos matoncitos y Marcus Flint, fracasaron al intentar sabotear el partido. Llegaron al campo disfrazados de dementores, con el fin de asustar a Harry, pero quienes se llevaron el susto de sus vidas fueron ellos, porque Harry les lanzó un encantamiento Patronus, que los dejó paralizados del terror. Y no conforme con eso, la profesora Mc Gonagall los castigó severamente y le quitó cincuenta puntos a Slytherin. ¡Ja, ja, ja, se lo tenían merecido!

Lo malo fue que mientras todos estaban en el campo y yo en la enfermería, Sirius Black aprovechó para entrar al castillo y permaneció escondido hasta que al llegar la noche, se metió en nuestra sala común e intentó asesinar a Harry.

Por suerte falló, porque además de confundirse de cama y casi atacar a Ron, este dio un grito que puso en alerta a toda la casa y a Black no le quedó otro remedio que huir, sin haber conseguido su propósito.

Ya estoy de regreso en la torre de Gryffindor, pero al igual que todos tengo un poco de miedo.

Te dejo para ir al gran comedor. Nos vemos más tarde.



La sala común de Gryffindor era todo un revuelo cuando Aliccie entró en ella, ya repuesta de su gripe.

Sus amigos le dieron la bienvenida y de inmediato comenzaron a relatar detalle por detalle, o al menos lo que habían presenciado en cuanto a la intromisión de Sirius Black en el castillo y la torre.

—Ron le está contando a todo el mundo lo que le sucedió —le dijo Hermione que aún continuaban sin dirigirse la palabra luego de que su gato devorara finalmente a la mascota del pelirrojo—. Si le preguntas, de seguro te dará todos los detalles.

Aliccie sintió escalofríos al escuchar que el delincuente más peligroso y más buscado en el mundo mágico y el muggle, había aprovechado la ausencia de casi todo el mundo la tarde anterior, por causa del partido de Quidditch.

La mayoría de los profesores había asistido al encuentro, y los que optaron por no hacerlo, habían permanecido en sus respectivas habitaciones, o bien salido de Hogwarts para tomar algún refrigerio en el pueblo, aprovechando que no debían estar al pendiente de los estudiantes.

Tembló al imaginar que, mientras ella y los otros internos dormían la siesta, Sirius Black hubiera entrado en la enfermería y atacado, aprovechando que con el castillo vacío, nadie habría escuchado sus gritos. Pero prefirió quitar esa idea de su mente. Después de todo, si lo que en realidad Black buscaba era deshacerse de Harry Potter, de seguro su único objetivo había sido entrar en el castillo y ocultarse durante el día, para luego encontrar el momento propicio de cometer su crimen.

Lo que no comprendía era como se había confundido de cama y en lugar de arremeter contra el niño que vivió había estado a punto de matar a Ron.

— ¿Y cómo fue que entró en la torre sin conocer las contraseñas?— preguntó una vez en el dormitorio. Las cuatro niñas de tercer año se encontraban allí también.

Siete Años en Hogwarts.Where stories live. Discover now