Daniel

365 38 33
                                    


Querido diario:

Tener a Daniel en casa es algo maravilloso y estos pocos días que he compartido junto a él, han sido un sueño. Le he tomado muchas fotografías con la cámara del abuelo. Y algunas las envié a Hogwarts para que mis amigos y el profesor Lupin lo conozcan (creo que tiene todo el derecho).

Charlie me escribió, contándome que al profesor le encantó saber que mi sobrino es un metamorfomago. Que los hechiceros que poseen esa clase de magia son especiales, muy poderosos y capaces de salvar cualquier obstáculo para lograr lo que desean.

Me pregunto, qué sucedería si conociera a Dora Tonks...

La familia de Jeremy está muy contenta e incluso Roger dejo de tratarme con indiferencia y se muestra como siempre ha sido, el chico más encantador de Ravenclaw. Por suerte lo de la discusión el día de mi cumpleaños quedó en el olvido.

Me voy a hacer los deberes. Todavía no he tocado los libros y tengo mucho trabajo de aquí al domingo a la tarde, que es cuando regreso al colegio.

Nos vemos más tarde.

El primer día de vacaciones en Hogwarts, Valery y Marie Anne se levantaron temprano a desayunar en el gran comedor, puesto que tenían demasiados deberes y el tiempo se les haría muy corto para terminarlos de allí al lunes siguiente.

Chuck y los hermanos Spencer las secundaron al poco tiempo, lo mismo que Parvati y Lavender, quienes aún continuaban admirándose de la nueva premonición acertada por la profesora Trelawney.

Durante la clase de Adivinación del viernes anterior, Hermione Granger había abandonado el aula ubicada en la torre norte, anunciando que no volvería a tomar la asignatura, cumpliendo de esa manera las palabras de la profesora dichas durante el primer día de su llegada a Hogwarts, de ese año.

— ¡No pueden continuar creyendo que es solo una coincidencia!— discutía Lavender, quien mostraba al igual que Parvati, verdadera devoción por la profesora de Adivinación.

—Yo le doy crédito a sus palabras—indicó Valery— pero hay algunas cosas que deberían tomarse con pinzas.

—Si lo dices por lo que apareció en las cartas del Tarot la semana pasada, déjame asegurarte que ha sido un verdadero acierto— señaló Marie Anne, molesta.

— ¡Pero no puedes programar una boda, sin ni siquiera estar segura de querer casarte, tan solo porque lo dicen un par de cartas!— manifestó Valery, con un dejo de sorna- ¡Aparte del hecho de que eres demasiado joven para estar planificando algo, si ni siquiera sabes si tu relación con Harry continuará de aquí al finalizar séptimo año!

— ¡El hecho de que estés insegura de tus sentimientos hacia tu noviecito, no implica que todas pensemos igual que tú! — defendió Marie Anne.

— ¡Yo estoy muy segura de mis sentimientos hacia Williams!—Farfulló Valery, provocando la incomodidad de las chicas de tercer año, que las miraban un poco sorprendidas— ¡Pero eso no implica que vaya a salir de Hogwarts, directamente para el ayuntamiento!

 —¡Claro, porque ya te comiste el pastel antes de la boda!— escupió ofuscada Marie Anne. Aunque se arrepintió en ese mismo instante. Más aun al ver la expresión dolida de su amiga y la mirada de estupor de Williams.

—¡Lo siento!— proclamó. Pero Valery se levantó de la mesa, seguida de su novio, dejándola con expresión apesadumbrada y buscando  apoyo en Harry. Apoyo que no encontró.

— ¡Hasta que tu linaje Slytherin salió a relucir!— le espetó este, con enojo. Aunque permaneció sentado a su lado.

En ese momento, las lechuzas llegaron en tropel, arrojando su carga sobre los estudiantes. Chuck vio aparecer a Balti, cosa que agradeció de todo corazón. ¡ A ver si traía buenas noticias y lograba así, romper la tensión provocada por la discusión entre sus compañeras!

Siete Años en Hogwarts.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora