Romances color vino (Sin Corregir)

Jodido primer día

   -¿¡QUIERO QUE ME DIGAS, POR QUE CARAJO ESTAS ENVUELTA COMO UN BURRITO, EN TANTA MIERDA!? -Seguía gritando Barby, luego de que sus chillidos, alarmaran a los vecinos y Guillermo la obligara a entrar junto con todos.

   -Barby, si dejas de gritar, te explicó -Dije ya cansada, casi acostada en el sofá, usando a Randy de almohada.

   -Es tonto creer, que me voy a calmar... ¡DESPUÉS DE TANTA MIERDA!

   -Amor, esto no es una conversación, solo estás gritando por toda la sala. Estoy seguro que ya tienes un trillo de tanto caminar.

   Barby giró para ver a Guillermo, mientras este solo estaba viéndola cansado, igual que nosotros.

   -Ok, ok. Voy a ver que clase de historia inventará.

   Suspire cansada y empecé con la historia. Decidí contarle cada una de las cosas, y con forme avanzaba todo, el rostro de Barby se tranquilizaba. No si era por que pensaba "Como diablos invento tanta estupidez" o por que de verdad me creía, pero funcionaba.

   Por tanto hablar, terminamos tarde, tanto que cuando todos fuimos a dormir (todos en la casa), el reloj de mi celular marcaba la 1:00 am.

   Mañana no despertaré... No señor...

   Barby se acostó un poco molesta, pero igual todo se arregló. Excepto mi idea de tranquilizar mi cuerpo con Mark, eso no se pudo.

   Terminé la trenza en mi pelo y me acosté junto a Vic y Noa, quienes aman dormir como sardinas en mi cama, y apenas mi cabeza tocó la almohada, caí noqueada.

   Besos, caricias... Eso era mi sueño... Pero... ¿Quien me las proporciona? ¿Mark o Dylan?

   -¡Simone! ¡llegarás tarde! -Gritó Barby y esto me hizo casi brincar de la cama.

   ¡7:15 am! ¡MIERDA!

   Anoche fue de locos, pasaron tantas cosas que ya no sabía cuales eran peor. Mi cabeza, específicamente la cien, dolía como el demonio, pero no faltaría un primer día de trabajo, menos en la Editorial R.R.

   Corrí como loca para ducharme, duré menos de 6 minutos dentro, un récord debo admitir. Busqué lo más formal que tenía y eso me puse. Barby me recibió en el comedor, con una mirada seria, antipática, cosa que esperaba y no me extrañó.

   -Gracias por despertarme. ¿Este pan es mio? -Pregunté inocente, como un pequeño cachorro. Barby, con su ropa ejecutiva, lentes y taza humeante de café, me miró como si fuera un extraño, asintiendo ligeramente en respuesta.

   Ok... Al menos no me respondió con insultos. ¡Es un avance!

   Cogí la tostada, pasé mermelada de fresa encima y lo coloqué en mi boca para seguir peinando mi cabello, con una cola de caballo en frente del espejo de cuerpo entero en la sala.

   Mi vestido era al cuerpo, nada extravagante, y tampoco mucho maquillaje, por que no me gusta de todas formas. Pensé en la hermosa idea de ir con tenis o burros, pero recapacité.

   Ya lista y con mi desayuno en el estomago, corrí como loca a despertar a Vic. El auto de Barby, todavía estaba mal y no podía usarlo.

   -¡Despierta pulga! Tienes que dejarme en el trabajo, ¡Esto es de vida o muerte!