¡Santa mierda!

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   Mi atención estaba en el cielo de esa noche, era hermoso. La luna era llena y las estrellas se veían con claridad por la falta de luz artificial. Me parecía mágica y me daba paz completa. Lo cual necesitaba.

   Luego de media hora de viaje, llegamos a un pequeño bar-restaurante algo vacío, Patrick ya sabía todo lo que había pasado entre los Anderson y yo. Por lo que se concentró en divertirse conmigo. Quería que sacara todo mi estrés, así que pidió una botella de wisky para ambos. La camarera solo nos miró incrédula por lo que íbamos a tomar solo nosotros, pero era posible. Eso quería decir que la noche iba a ser larga.

   -¿Que piensas ahora que dijiste todo lo que pasó? -Preguntó mientras servía dos tragos. Estábamos sentados al lado de la ventana, donde podía ver los pocos carros pasar.

   -Yo, no lo se. Supongo que mejor, necesitaba hablar con alguien que no estuviera de mi lado.

   -Bueno, no es que no esté de tu lado, sino que soy objetivo, ya que estoy con ambos. No olvides que soy amigo de los dos.

   -Buen punto -Sonreí un poco, luego dejé escapar un suspiro algo pesado y volví mi mirada nuevamente a Patrick -Y... ¿Qué harías tú? ¿Como dirías algo tan fuerte, sabiendo que una familia completa puede odiarte por ese error?

   El sonrió tiernamente, estiró su brazo por la mesa y tomó mi mano con suavidad.

   -Cada evento, experiencia o vivencia en nuestras vidas es por algo, todo llega y pasa por una razón. No podemos saber en que nos ayudará algo en especifico cuando suceda, pero con el tiempo nos daremos cuenta. Todos actuaríamos distinto en esa situación por que nadie es igual, lo que tienes que pensar es que harás tú y como lucharás por lo que quieres, ya sea que funcione o no. Recuerda que no todo el tiempo lo que queremos es lo que necesitamos.

   -Entonces, basicamente, tengo que luchar por algo que puede terminar siendo una despedida, el inicio de un misable intento de relación y la cruda experiencia de muchos corazones rotos. ¡Wow! ¡Eso me relaja!

   -Simone Rumsfeld, eres tan depresiva -Dijo con voz burlona pero suave. Lo miré a los ojos y noté su tranquilidad, era como si no pasara nada, como si mi problema fuera nada.

   -No soy depresiva, nunca lo he sido -Exclamé con enojo al ver su actitud, era como si no lo estuviera tomando enserio.

   -Lo se, pero ahora juro que estas a un pelo de serlo. Así que... -Miró a los lados, tomó la botella y acercándose a la camarera, le susurró algo en el oído. La chica solo sonrió y asintió.

   Segundos después, una canción algo indie rock, empezo a sonar. Cada segundo que pasaba el volumen era más alto, sacando una sonrisa confundida en mi rostro.

   -¿Recuerdas la canción? -Dijo Patrick mientras se movía al compás de la música.

   -La verdad, no. ¿Debería? -Contesté entre risas algo suaves.
   -Pues no, la verdad no -Dijo mientras seguía sonriendo -Es una canción muy buena. Una de mis favoritas. Me trae recuerdos. ¿Bailamos?

   -Claro que sí -Reí como loca al verlo ofrecerme su mano de manera ridícula.

   Me levanté de la silla, y comencé a bailar al ritmo de la canción, provocando que un par de hombres en el fondo levantaran sus tragos para hacer un brindis. Fue como su manera de unirse a nuestro momento de locura.

   -¿Que te recuerda la canción? -Pregunté mientras Patrick me hacía girar de manera dramática.

   Él solo suspiró y me miró a los ojos, para acercarme nuevamente a él.

Romances color vino (Sin Corregir)Where stories live. Discover now