Se tu mayor pecado

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Retiré la almohada de mi rostro y respiré con fuerza, mientras me arrastraba hasta la orilla de mi cama. De un salto me levanté y colgué la llamada, tomé rumbo hacia al baño, mientras que buscaba algo que me inspirara. Con energía, fui dejando prendas de ropa por todo el camino al ritmo de Wake up - Loud Forest.

No duré más de 10 minutos, salí con prisa, sequé mi cuerpo y empecé a alistarme. Ya todo estaba listo para las vacaciones finales, había pensado en la ironía de esto, ya que todo empezó en unas vacaciones también.

Había olvidado todo lo que iba a mencionar, todo lo que tenía planeado decir, la manera que utilizaría, todo. Mi memoria de corto plazo falló por completo sentenciando mi vida a la muerte, ya que me quedaría muda por lo que podía presentir.

Cuando salí de mi cuarto con las maletas, Barby ya estaba preparando desayuno, mientras Guillermo hacia comentarios respecto a nuestra amenaza de hace unos días atrás.

-Me alegra no haber estado. El hueco que dejaron fue bastante grande -Comentó Guillermo.

-¿Así? ¿Y como por qué? -Preguntó Barby.

Guillermo volteó su mirada hacia Barby, quien estaba concentrada picando las frutas-Porque sino estaría sentenciado por homicidio, amor. ¿Crees que los hubiera dejado amenazarlas así?

-Claro... Si. Eres todo un macho, ¿no? -Contestó Barby de una manera sarcástica.

-¡Amor! ¿Piensas que yo hubiera corrido lejos y las hubiera dejado aquí?

-No -Dijo Barby mientras daba una pequeña pausa -¡Lo aseguro!

No pude evitar reír por su sarcasmo y manera de decir las cosas tontas que piensa, mientras tomaba fruta en un tazón y servía chocolate caliente.

Pasamos todo el tiempo bromeando a cerca del juicio, para no estar nerviosos por ello. Entendían el riesgo que corría, sin embargo no podía dejar que un criminal como él, estuviera libre. Tomamos todas las cosas negativas, he intentamos volverlas positivas.

También conversamos sobre mi hora de la verdad, era más que evidente el pánico que tenia de abrir la boca. Podría arruinar una familia, una relación, un amor joven y mi futuro en la empresa donde trabajo, aun que también todos podían entender y seguir adelante, pero esa opción es la más difícil de obtener.

La bocina del auto de Vic empezó a sonar pasada la hora, así que salí caminando rápido con mi maleta, con paso firme y totalmente decisiva, sin importar que tan cagada estaba por dentro.

Detrás del auto de Vic, estaba el de Dylan, quien me esperaba con una gran sonrisa recostado a la puerta del copiloto. Sude frío por un momento y luego me tranquilicé, saludándolo con un beso suave, tierno pero lleno de miedo, pero él no lo notó en ningún minuto.

-Labial sexy, dame la maleta, voy a guardarla yo en el maletero -Dijo con esa voz suave que me derrite mientras se la llevaba de una mano como si nada -Aun que debo admitir, que me parece asombroso todo lo que llevas para solo 2 días.

Suspiré relajada y contesté sin dar sospecha de mis nervios -Bueno, voy preparada para esos 2 días.

-Bueno, si me dijeras por equis razón que no traes todo, me reiría como loco.

Sonreí sin mostrar mis dientes y entre cerré mis ojos, jugando de resentida aun que no lo estaba ni un poco. Caminé directo al auto de Vic, saludándolas con un hola bastante raro, por lo cual, notaron inmediatamente que estaba con el corazón en la boca.

-Hola Sim, ¿Lista? -Preguntó Noa con ese tono dulce y comprensiva.

-¡Claro! ¡absolutamente! -Contesté con la sonrisa más falsa del mundo.

Romances color vino (Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora