Cap.33

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La noche fue tan pesada para mí, enserio que no lo entiendo.

Fui a la escuela, estuve aburrido, Gina no fue y Susie tampoco, casi qué pasé un infierno aquí sólo, además ningún otro chico me habla, mucho menos las chicas.

Iba con toda la actitud caída, además, recordé que hoy me metería a ver que pasa con los "amigos" de Dante.

Me subí a mi camioneta y la estacioné cerca de la farmacia, vi iban dos de ellos, los seguí, no vi a Dante, no notaron que los seguía, hasta que llegamos a un parque donde hay uno que otro niño jugueteando entre los arboles. Dante está ahí con un chico, están platicando y se ven felices, sí, felices, que horror.

Los que yo seguí, se pararon cerca de ellos.

  —Hola, qué tal chavos.-Dijo una.—Dante, qué bien te ves hoy.

  —Gracias, ¿Y qué hacen por acá?


 —Estamos buscando a tu chico.-Señalaron al de junto.

  —Bueno.-El chico se levantó y se fue con ellas.

Menos mal qué Dante no me vio.

 —Oye Dante.-Le gritó el chico.-Ya me tengo que ir.-Él chico abrió sus brazos, algo así como si se fueran a dar un abrazo, a lo qué Dante le siguió, pero no paso lo que seguro él esperaba, ya qué lo empujó hacía el suelo.

  —¿Qué rayos te pasa?-Dijo en tono inocente, tan él.

 —Vamos Dante, enserio creías que ya eras parte del grupo, además, eres un asco de persona, desde cuando es normal que a un chico le gusten otros chicos.-Todos se rieron.

  —Pero yo...-La voz se le escuchó entre cortada, casi a punto de llorar.

 —Aceptalo, NADIE te quiere ni te querrá.-El chico alzó su mano, justo para golpearlo, Dante cerró los ojos e intentó cubrirse la cara con su mano, pero yo intervine.

  —Atrevete a tocarlo imbécil.-Lo tomé del brazo.

 —¿Y tú quién eres idiota?

  —A ti qué te importa.-Lo empuje.

Pero esos tipos no son la clase de personas que les gusta enfrentarse a otras, lo sé, sólo cuidan lo único que tienen, su "físico" porque es obvio que por dentro son más qué un asco de personas. Así como cayó al suelo, sólo le dio tiempo para decir:

  —Estúpido.-Se levantó y se fue hacia mí.

No hice nada.

 —¿Qué planeas hacer?-Le dije.

  —Esta no es tu pelea chico, deberías irte.-Intentó intimidarme, pero sólo logró hacerme reír.

 —¿Y qué esperas qué haga? ¿Qué salga corriendo?

  —Con qué muy hombre.-Le vi las ganas de empezar, pero si no lo hago yo, nadie lo haría.

Así que le pegué un golpe en el estómago.

 —Mierda.-Cayó de rodillas.

  —¿Quieres más?-Imaginé que no, decidió que su dignidad era mejor.

Me quedé ahí solo con Dante, no le dije nada, ni una palabra.

 —Gracias.-Dijo él.

  —Claro.-Y me di la vuelta.

Realmente no sé que decirle, ¿Qué podía decirle? aún siento cosas dentro de mí, el dolor sigue estancado, pero ahg, osea, es como si de repente él hiciera que mis emociones se salieran de control, pero no puedo, no puedo.

Será mejor que me vaya, así, es lo mejor.

 






Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo (2da parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora