Cap. Penúltimo :O

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28 de diciembre, sí, así es 28... ya pronto se acabará el año, es como si 362 días hayan pasado desapercibidos para mí, es como si ayer hubiera pasado el verano y saber que mañana seguirá la cuenta regresiva.

Que mis hermanas estén aquí me sigue pareciendo extraño, que cosas.

No me he quitado la camiseta que me dio Dante, además de ser cómoda, está bonita, me gustó. En la mañana salí a correr con Patas, ella fue hasta mi cuarto a lamberme la cara, a esa hora hacía mucho más frío de que de costumbre, corría un pequeño aire frío, la calle estaba callada aún no se levantaba nadie, sólo eramos nosotros dos corriendo a traves de la bruma.

Cuando llegué a casa, de nuevo seguía sin haber nadie, entré en la cocina, y busqué entre la comida algo que satisfasiera mi estómago vacío, por mala suerte sólo había galletas y pasta de aquella noche buena.

Agarré unas galletas y me fui a sentar en la cocina, contemplando la soledad de la casa, se siente bien esto, poder pensar y sin nadie a tu alrededor, es como una satisfacción de las buenas.

Al poco rato no aguante estar tan sólo, así que me fui a casa de Dante como suelo hacer casi siempre.

Toqué la puerta y esperé a que me abrieran, no fue mucho la espera, él se puso re-contento cuando me vio entrar, y yo me sentí igual, con una felicidad rara, de esas que no sabes como explicarlas, fue raro pero a la vez increíble.

  — Ari, qué milagro.-Exclamó Sam.-Hace tiempo que no te veíamos.

 —Pues...-Me toqué la frente.-Ya ve.

Él se rió junto con Dante.

  —¿Y cómo les va?-Pregunté.

 —Súper bien, ¿Y a ti?-Respondió Dante.

  —Igual, todo bien.-Intenté sonreír.-Me alegra verlos.

  —Lo mismo opino.-Escuché hablar a Soledad desde otro cuarto.-¿Cómo está tú familia Ari?

  —Bien, mis hermanas aún siguen de visita.-Le dije.-Está todo bien por ahora.

 —¿Y qué hay de Patas?-Preguntó Sam.

  —Ah ella, está bien, ahí anda mi pequeña chica.

 —Que bueno.-Dijo.

Luego de eso, me subí con Dante a su habitación, la cual de sorpresa está completamente arreglada, se podría decir que está todo en su lugar, nada mal, cuando entramos le hice burla a Dante.

  —Al fin la tienes arreglada.-Le dije y luego me eché a reír.-Alguien se ha esforzado.

 —Calla Ari, yo siempre he sido limpio y lo sabes.-Algo que no le creí para nada.

  —Vamos Dante, deja de Mentir.-Él no se puso tan contento, pero entonces corrí a abrazarlo.-Sabes que es broma chico, no te lo tomes a pecho.

 —Lo sé.-Me dio un beso en la mejilla.-Tus bromas son malas, deberías buscarles algo de gracia.

  —Pero te gustan aunque lo quieras negar ¿No es así?-Él negó con la cabeza.

Acto seguido, me acosté en su cama, está suave.

 —Creo que podría quedarme aquí el tiempo que fuera necesario, hasta un siglo.

Él se acostó junto de mí, luego me tomó de la mano.

  —Oye, te imaginas estar todo un siglo conmigo ¿Te lo imaginas?-Me volteé a verlo.

 —Me imagino muchas cosas, enserio muchas.-Me quedé callado.-Pero lo que si no me imagino, es como soportar estar sin ti, así que, la respuesta es sí, claro que me imagino lo que sería estar tanto tiempo contigo, en verdad que sí.

  —Ari ¿Por qué eres tan increíble? Digo, desde que te conocí hasta ahora, has sido perseverante conmigo, por más que la distancia nos separe siempre estás ahí, mientras que yo sólo pienso como pude conocer a tan genial persona.

 En mi mente pasaron cosas, pero realmente lo que único que pude hacer fue sonreirle y decir.

—No es eso, no soy sólo yo, también se trata de ti.-Yo seguía mirándolo.-De que todo tú me ha hecho seguir aquí, creo que ambos tenemos victoria por eso, no sé, sólo sé que me encantas.-Solté una risa.

  —Ari, ya sé que lo sabes, pero no me cansaré de decírtelo, decir que te amo.-Dentro de mí sentí un cosquilleo.

  —Creo que ya muchas cosas.

Ambos seguíamos con las manos entrelazadas, y ahora nos veíamos el uno al otro, estábamos tan cerca que siento como si rozara sus labios.

  —Es como si pudiera escuchar tu respiración.-Me dijo en voz baja.

 —Y es como si pudiera sentir muchas cosas de ti.-Le dije.

  — ¿Y si te acercas un poco más?-Dijo.

 Eso fue exactamente lo que hice, y me fui directamente hacia su boca, es lo que quería, sentirlo mucho más cerca de lo que ya estaba de mí, algo que no duró mucho, pero fue una eternidad mientras ocurría.

  —Esto deberíamos hacerlo más seguido.-Me reí.

Él se recargó en mi pecho, y yo acariciaba su cabello con mis manos, imagino que lo disfrutaba tanto como yo lo hice, y entonces ahí nos quedamos él y yo, disfrutando de un momento de locura  por así decirlo, bueno, realmente no sé que fue, pero me encantó y él no se ha quejado.

 

 

Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo (2da parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora