No hablaré de mi amor

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Salimos de mi casa, y saben, se me quitó mi dolor jajá que gracioso.

Sólo nos quedábamos viendo el uno al otro, como si fuéramos simples desconocidos.

  —Ari.-Tragó saliva.-Seré sincero, te extraño.

Cuando él dijo eso, me quedé helado.

 —Pasar todos los días sin saber de ti, y tú tan tranquilo como si nada.-No lo soporté.

  —Dante, ¿Tranquilo? ¿Yo?-Me detuve, sé que si no me callo soltaré todo.

 —Vamos, dilo.-Me dijo.

  —Más que nada estaba dolido.-Dije en voz fuerte.-Mi vida dio un giro terrible, ya no era lo mismo de antes, era todo un infierno, osea, las noches eran pesadas, verte con tus antiguos amigos me destrozaba el alma, incluso es noche que te fui a buscar, ahg ya no quiero seguir hablando.

  —Ari, fui ingenuo, lo sé.-Hizo una pausa.-Pero por algo pasó eso, no todo es en vano.

 —¿Cuánto tardaste en darte cuenta?

  —Desde esa fiesta.

 —Dante, hay cosas de las que me arrepiento.

  —¿Cómo salvarme de aquel auto?-Lo miré.

 —No, de haberte hecho caso en la piscina.-Se quedó callado.-Pero también me arrepiento de eso, es algo confuso.

  —¿Te arrepientes de tus arrepentimientos?-Dio un suspiro.-Yo lo pensé, osea, no pensé que en verdad habría una conversación.

 —Llamaste mi atención.-Le dije.-Todos los que ahí estaban eran y son unos idiotas.

  —Perdoname.-Dijo en voz baja.

 —Dante yo...-Me interrumpió.

  —Enserio, perdón, fui tan... tan idiota, pensé que las intenciones de ellos eran buenas, ¿Pero qué esperaba? me detesto.-Dijo él.

  —Dante.-Lo rodeé con mi brazo.-Yo te lo dije.

 —Soy un idiota, a veces me odio.-Recargó su cara sobre mi pecho.

  Lo miré, imaginé que estaría haciendo lo que hace cuando se pone sensible.

 —No llores.

  —No estoy llorando.-Dijo, mientras seguía recargado.

 —Mírame.-Le dije.

  —No.

 —Entonces, estás llorando.-Me reí.

  —No.-Volteó a verme y sí, está llorando.

Le sonreí y siento que ha sido de las sonrisas sinceras.

 —Ari.-Dijo.-Gracias.

  —¿Gracias de qué?

 —Por todo.

Jamás había sentido algo tan raro dentro de mí, ver que Dante se disculpaba por esto, fue algo tan, bonito, sí, bonito. Caminamos cerca de nuestras casas, y no me importaba lo que pasara a mi alrededor, sólo me interesaba Dante, ¿Raro no? 

Todo lo bueno tarda, y tardamos meses en arreglar esto, pero al menos quedamos bien o eso creo yo.

Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo (2da parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora