4. Hunter Thompson eres hombre muerto.

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—A sentarse todos, el pollo ya está listo —nos dice Theresa entrando la gran sala comedor que tienen. Solo la usan para cuando reciben invitados, como ahora.

Mamá ayuda a traer la bandeja con el pollo, mientras que yo traigo las ensaladas. Una vez en la mesa, me siento lo más lejos que puedo de Hunter. Eso significa al lado de mamá y en frente de Acacia. Pero por lo menos no está a mi lado.

La cena empieza tranquila. Para disimular un poco, mamá y Theresa nos preguntan sobre la escuela, aunque realmente, todos sabemos que se mueren de ganas de hablar del romance de Cameron y Acacia.

—Pueden soltarlo —interrumpe Hunter abrumado de tantas preguntas tontas—.  Acacia y Cameron están juntos.

Theresa y mamá intercambian miradas cómplices. No pierden ni un segundo.

—¿Hace cuánto que están juntos? —Theresa dispara la primera pregunta.

Bajo la vista a mi plato. De repente, clavarme un tenedor en la garganta se ve tentador.

—Hace un mes —contesta Cameron.

¿Un qué? Subo la mirada alarmada. ¿Tanto tiempo lo han ocultado?

—¿Un mes? —Hunter se atraganta con su bebida, robándome las palabras.

—Hijo, no hagas eso. Y no alces tu voz, todos podemos oírte a la perfección —se queja su madre con una mueca, ya que un poco de agua salió de su boca.

—¡Un mes y recién lo dicen ahora! —exclama indignado.

—Déjalos ser, nadie cuenta cuando apenas empieza una relación —les dice mamá sin despegar la sonrisa de su hija estrella, Acacia Willliams.

La verdad es que ser opacada por la perfección andante de mi hermana nunca me ha preocupado, porque antes, lo era yo. Es un alivio no ser la favorita.

Mamá me metió en cursos de modelaje y muchas clases de baile. La idea de ser perfecta se enterró tanto en mi cabeza que me forzaba a estudiar mucho para tener buenas calificaciones, buenos modales, conocer a gente absurda del mundo de la moda que no quería conocer y básicamente, ser su títere andante. Hasta que cumplí quince. Me di cuenta del grado de manipulación que ella tenía sobre mí. Le puse un freno y detuve toda la tontera con la agencia de modelaje. Me quedé hasta hace poco con lo único que me trae genuina felicidad. Bailar.

Hunter, por otro lado, siempre le encantó la manipulación. Las cámaras le fascinan, así como ser el centro de atención. Desde que empezó a modelar cuando era niño, no paró. Sigue posando para ciertas marcas. El verano pasado fue a la Semana de la Moda bajo un contrato con Dolce Gabanna.

Ahora, mamá maneja algo parecido a Acacia, solo que dejando de lado el modelaje. Es su títere de todas maneras. ¿Y que esté con Cameron? Es como la cereza del postre. El club de teatro es una de las pocas cosas que creo que Acacia realmente disfruta de su vida

Hay mas preguntas para la parejita del millón, más comentarios sarcásticos y amargos de mi parte y de Hunter. Nuestras madres lucen como si quisieran lanzarnos un ladrillo a cada uno para que nos callemos.

—Bueno, bueno, cambiemos de tema, mejor —carraspeo harta de oír detalles sobre la relación de mi hermana.

Mamá asiente.

—¿Como vas en el equipo de lacrosse, Hunter? —pregunta.

Uno de los temas favoritos de conversación de Hunter. Su ego crece aún más cada vez que alguien lo menciona. Sonríe arrogante y apoya sus manos en la mesa, inclinándose con interés. 

Empieza a deleitarnos con: "soy el capitán, soy el mejor, ganaremos el partido de las semana entrante gracias a mi, bla, bla, bla".

No termino de escuchar su monólogo ya que me sumerjo en mis pensamientos. Lo único que tengo claro en este momento es que mi cabello es color castaño y que debo separar a mi hermana de Cameron cueste lo que me tenga que costar.  No soporto verlos juntos. Simplemente no puedo, me dan asco y quiero lo mejor para mi hermana.

La Tregua Perfecta (Completa) (BORRADOR)Where stories live. Discover now