38. El sin sentido de los problemas.

46.8K 3.3K 1.5K
                                    

preparen los pañuelos, bai.

¿Hunter siéntate? ¿Qué?

Observo a todos con desconfianza. Y básicamente le grito con la mirada a Tanner por explicaciones, pero evita a toda costa mis ojos. Ashley y Jenna miran con diversión a Becky y Chris se siente muy incómodo.

—¿A qué juegas, Rebecca? —pregunto cansado mientras la miro, ya dando por hecho que es un juego.

—No juego a nada —dice algo más seria—. Tengo que hablar contigo.

—¿Y que con el resto? —les doy una rápida mirada.

—Testigos —es lo único que responde.

¿Testigo? Está bien, vamos a tomar asiento. Me siento en lado del sofá vacio ya que del otro esta Tanner. Que coincidencia que este justo al frente de Becky. Inconscientemente mis ojos se van a suestómagoo pero quito rápidamente la mirada. ¿Será esto sobre el bebé?

—Si podrías apresurarte... —murmuro chequeando la hora con el reloj que descansa en mi muñeca izquierda. Casi las diez de la noche y de verdad quiero ver a Juliette.

—Tranquilo,  no tardara mucho —hace un gesto como quitándole importancia al asunto pero a juzgar por la situación, es bastante importante.

—Deja de juegos y ve al grano —me sorprende oír a Jenna, la cual comienza a lucir aburrida por los juegos de película que da su amiga.

Becky asiente y noto un pequeño destello de nerviosismo correr por sus ojos.

—Hunter, necesito que volvamos a estar juntos.

JULIETTE.

Salgo del baño con una toalla envuelta en mi cuerpo y otra en mi cabello. Nada mejor que un baño para finalizar este día. Y de verdad que estaba cansada. Amo a mi madre y pasaré el tiempo que sea necesario con ella, pero eligió el mejor día para llevarnos a mí y a Cas a comer. Pensaba solamente comer una porción de pizza e ir directo a la cama, pero resulta que nos tuvo charlando por horas. No me quejo de eso, fue una cena divertida si le quitamos el hecho de lo borde que se comportaba mi hermana conmigo. Lidiar con eso también cansa.

Me despojo de la toalla y en mi vestidor, me pongo ropa interior y un cómodo pijama que consta en pantalones cortos y una blusa de tirantes. El calor comenzaba a hacerse presente en California y debía decirle adiós a la ropa de invierno.

Luego de pasar quince minutos batallando con mi cabello para peinarlo, me acuesto en mi cama y me quedo mirando a mi celular. Ya son casi las once de la noche y llámenme loca pero extraño a Hunter. Y llámenme humana, pero luego de nuestra sesión de besos en el vestidor, había quedado con ganas de más pero no iba a admitirle eso en el rostro para aumentarle el ego.

Dejo encendida la lámpara que yace en mi mesita de luz y comienzo a pasar películas en Netflix, ese baño me había despejado un poco y ahora necesitaba encontrar algo para dormirme.

Luego de quince minutos de una serie que por poco no hace dormirme a los primeros cinco minutos, la ventana de mi habitación se abre y no me asusto, porque sé quién es. Observo de frente como la silueta de Hunter entra a la habitación. Sin mirarme, cierra la ventana y no sé si son paranoias mías o tarda más de lo usual en darse vuelta.

Cuando hacemos contacto visual, noto que algo no va bien. Sin embargo, me fuerza una sonrisa como queriendo demostrarme que todo está bien. Como si nos hubiésemos conocido ayer.

—¿Te encuentras bien? —es lo primero que pregunto.

Se acerca a mi cama y como aquél día en el que casi nos besamos, se deja caer a mi lado de lleno. Detengo la película rápidamente y me siento a su lado, observándolo mientras sigo esperando una respuesta.

La Tregua Perfecta (Completa) (BORRADOR)Where stories live. Discover now