Prólogo

3K 56 7
                                    


Aquí estoy, de nuevo recostado en mi cama, listo para dormir. Coloco la alarma para el siguiente día, puesto que el día de mañana debo ir a trabajar, es mi primer empleo formal por lo que tengo que dar una buena impresión los primeros días al menos tratando de llegar temprano. El primer día no salió muy bien, ni el segundo, por muchas razones llegaba más de 20 minutos tarde, sin embargo ya los días siguientes fueron mejorando.

Anteriormente ya había trabajado en otros lugares, pero siempre había sido como un becario, tú sabes, vas, aprendes, vas vestido como deseas, y no hay mucho problema con los "retardos" o con las faltas. Pero ahora siendo un empleo formal, una falta o retardo pueden implicar muchas consecuencias, desde una llamada de atención, disminución de pago, hasta perder el empleo.

Así sucede cuando apenas comienzas a entrar al mundo laboral, el estrés de no quedar mal, el cambio de que aquí ya no puedes "saltarte clases", o el simple hecho de la vestimenta formal, de hecho, no tiene mucho tiempo que termine mis estudios en la Universidad, apenas si acaso unos 4 meses.

Soy un chico normal, claro que ese "normal" no contempla muchas cosas. Hay quien me dijo alguna vez que nadie es normal, todos son raros a su modo, y bueno, yo también soy raro a mi modo, entre por algunos gustos que tengo así como por algunos pasatiempos.

Me gustan los videojuegos (de hecho, me encantan, y es la razón por la cual estudié Computación), soy amante sobre todo de los juegos de plataformas. Me gusta ver animes (no sé si podría considerarme Otaku, digo, si veo animes pero no a niveles colosales como mi pequeño hermano por ejemplo).

De comida, bueno puedo decir una lista muy larga de lo que me agrada y de lo que no; sin embargo, hay una cosa que no considero muy normal entre mis gustos, y es algo que, a mucho tiempo y pruebas, me costó bastante tiempo aceptarlo, inclusive puedo decir que intenté negarlo y desaparecerlo, pero era imposible.

Finalmente terminé aceptándolo, aunque llegar a ese punto no fue un camino ni fácil ni corto, pero aún puedo recordar cómo fue sucediendo poco a poco, una historia un tanto extraña como interesante.

En fin, es hora de dormir, mañana será un nuevo día, quizá durante el sueño, pueda recordar cada detalle de como todo esto se fue dando. Quizá, el mundo de los sueños reviva toda esa experiencia, hora de dormir, y viajar a aquel mundo. De poco en poco, tras abrazar a mi peluche de Pikachu y colocar dentro de mi boca un chupón [[chupete]] amarillo...voy cerrando los ojos, quedando finalmente dentro de la profundidad de mis sueños...

Continuará...

     

El Secreto No AceptadoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt