Capítulo 22: Negociando con la Depresión

294 11 35
                                    

<<Agosto 2015>>

Apenas en unos días se cumpliría un mes de que ocurrió aquel problema.

Una "amiga" mía supo de aquel detalle, y dado que tuvo de igual modo un problema con su novio, eso de algún modo nos unió al apoyarnos de alguna manera en nuestras propias dolencias.

Había días que recordaba cosas y comenzaba a llorar en esas amargas noches, sin embargo, ya cada día aceptaba más lo que estaba ocurriendo, pero no evitaba que mi alma y corazón se siguieran sintiendo rotos.

Mónica, había terminado con su novio, y no era la primera vez, en anteriores ocasiones habían cortado su relación y regresado, pero ésta vez parecía ser definitiva. Incluso los padres de ella se metieron en el asunto, encomendándome a mí, como su amigo, ayudarla a olvidar a su ex-novio, que mucho daño emocional ya le estaba causando.

Me quedé unos días en su casa, para ayudarla a pasar ese mal emocional, y de paso, quizá estar fuera de mi rutina diaria me ayudaba a mí a dejar atrás las cosas de Alejandra.

Fue casi imposible percibir que entre más tiempo pasaba allá, más en confianza me sentía con Mónica, quizá era por el mismo hecho de que ambos estábamos dolidos y el hecho de apoyarnos nos hacía unirnos mucho más de lo esperado. Hecho que su padre no pasó por alto, y comenzó a hacer comentarios un tanto vergonzosos para ambos.

Después de unos pocos días de estar con ella decidí regresar a mi hogar, donde aún nos manteníamos en contacto por medio de mensajes de texto, tenía ya que yo regresar pues ya iba a entrar de nuevo a clases. Tenía que prepararme pues éste ya debía ser mi último semestre, para así poder concluir finalmente la carrera.

Ella comenzó a hacer lo que antes no sucedía, comenzaba a hablarme de manera diaria por mensajes, incluso al punto de darme los buenos días y las buenas noches. En un principio era algo que hacía que mis ánimos se elevaran un poco, pero por otro lado quería mantener un poco de distancia, pues no quería que por lo que estaba recién ocurriendo, esta unión amistosa se fuera a confundir más adelante con algo más allá.

-------------------------------------------------------------------

Seguían pasando los días, y tras haberme lamentado lo suficiente, comencé a recordar algo importante que había dejado pasar por alto por mi dolor sentimental. Las cosas que había dejado en casa de Alejandra!

No sólo había dejado ropa, sino incluso algunas consolas de videojuegos y artículos personales. En definitiva no quería regresar a verla, me rompería el corazón volver a verla ahora con Rodrigo a su lado, y sabía de algún modo lo que estaba ocurriendo, pues en una que otra ocasión, no podía evitar revisar sus cuentas por internet, descubriendo que poco a poco se acercaba más a él...llegando a lo que ya era inevitable pensar, él terminaría siendo su nueva pareja.

Definitivamente ya no quería volver, pero tampoco podía dejar mis cosas allá, quizá de ser sólo ropa no me importaría, pero había cosas entre las que había dejado que en verdad las quería de vuelta.

Fue en ese momento que se me ocurrió una brillante idea. Mi abuelo, por lo regular pasa algunas festividades en aquella ciudad de donde es Alejandra, ya que hay algunos tíos míos por allá, que si bien yo no soy muy acercado a ellos, mi abuelo sí que lo es. Podría aprovechar esa oportunidad para que el me trajera mis cosas de regreso, pero había un problema. Él no sabría cómo llegar a casa de ella, además de que ni si quiera le quedaba de paso, tenía que haber algún intermediario, intermediario que además le diera aviso a Alejandra de mis cosas para que las tuviera preparadas en un solo lugar, listas para ser llevadas.

El Secreto No AceptadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora