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—¿Qué haces aquí? —logré decir después de varios segundos.
—¿Qué hago aquí? —dijo—. Creó que no pudimos hablar de nada la última vez que nos vinos. Además de que me despedí de una forma poco humana.
—¡Ja! ¿Poco humana? —dije con sarcasmo—. ¡Tú fuiste la que me pidió que no te volviera a buscar!
—Mad... —dijo antes de que la interrumpiera.
—¡Nada! ¡Madie nada! —dije y me calme, talle mis ojos con brusquedad—. ¿Qué quieres?
—Hablar —dijo sin más—. Dame diez minutos.

Mordí mi labio inferior y desvíe la mirada, empuje la puerta y deje que entrase. Mi mirada fue hacía su vientre. Cerré la puerta, algo confusa he intentado evadir lo que creo haber visto.

—Madie —dijo tomando asiento—. Yo... lo lamento mucho —dijo sin más—. Sé que te hice daño al dejar de buscarte, al rendirme.
—También lo hice —dije interrumpiéndola—. Y también lamento eso.
—Yo... yo me casé con él —dijo apretando sus labios—. Y... no tenía las agallas para venir a dar la cara.
—Bueno, supuse que estarías de luna de miel o algo así —dije alzando los hombros.
—¿Qué? —rió con desgana—. No fuimos a ningún lado por su empleo.
—Ah... —dije—. Ve al grano que tengo cosas que hacer —dije aún molesta.
—Te amo y no dejaré de hacerlo —se puso de pie. Mi mirada fue de sus ojos a su vientre para confirmar mis sospechas.
—Embarazada, ¿he? —dije en tono burlón—. Me sigues amando mientras coges con aquel —Jasmine me abofeteó.
Limpie mis lágrimas con fuerza y me dejé caer sobre el sofá —. Vete Jasmine.
—Mad...
—¡Que te vayas! ¡ya tienes una vida! —grité poniéndome de pie.

Ella me miró dolida y asintió, tomo el bolso que traía y saco de el una carta que dejo sobre la barra.

—Hasta nunca —dijo y salió con esa maldita elegancia que amo. 

Comencé a golpear el sillón con coraje, fui a donde estaba aquella carta, la tome con fuerza y la arrugue con intenciones de romperla en pedazos. Pero me arrepentí y la tome con dulzura.

La abrí para sacar de el una hoja que abrí en seguida. Era la letra de Jasmine:

Hola Madie.

Apuesto que antes de darte ésta carta, tú me corriste de tu casa, te conozco.

Los motivos de esto, son muy obvios. Para agradecerte. Gracias, gracias por hacerme sentir la mujer más afortunada del mundo por tenerte. Por quererme y no dejar de demostrármelo.

Desgraciadamente nuestras vidas no estaban destinadas a estar juntas. Porque hubiera sido la más feliz si pudiera haber sido así.

Después de que nos separasen; caí en una fuerte depresión, baje muchos kilos, me llevaron al médico, yo quería morir.

Pero en eso apareció Jacob, que me ayudo a salir adelante, que siempre ha sido un insensible, pero cambió, lo juro.

Me pidió que me casará con él, acepte más por mi madre que por mi. Y a la semana de la boda, resulte embarazada.

Por desgracia no me hace del todo feliz. Pero al final es la familia que siempre deseé tener: un esposo que me amará y diera todo, hijos; pero te conocí y cambiaste por completo lo que quería para mi futuro.

Eres el amor de mi vida y siempre lo serás. Ya nos encontraremos en otra vida.

feliz Madie, te amo y te amaré siempre.

Hasta nunca.

Jasmine.

Arrugue la carta con todas mis fuerzas hasta que logre romperla. Comencé a destruirla y dejarla en pequeños pedazos mientras soltaba gritos de dolor y mid lágrimas caían desconsoladas al suelo.

Rompí todo, menos el amor que le tengo.

—También te amo —dije entre sollozos abrazando la carta que ahora solo eran pedazos de papel.

N/A
¡Les tengo una sorpresa!
¿Les gustaría ver a los personajes como me los imagino en físico? :B

Me Enamoré de la NoviaWhere stories live. Discover now