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Dos meses después.

Narra Mónica.

Estaba terminando mi emparedado cuando salió Madie de mi habitación, llevaba puesta una camisa mía, le quedaba genial, ella es muy delgada, si no fuera porque se viste tan elegante, parecería una adolescente de dieciséis años.

Se acerco de una manera muy provocativa, llevaba unas bragas negras, y estaba descalza. El cabello, joder, siempre era perfecto.

—Se te caerá la baba —susurró tomando asiento a lado de mí. 
—¿Qué? No te estaba viendo —dije sonrojada. Ella comenzó a reír y me miro de una forma muy tierna.
—Eres adorable —dijo ella—. ¿Saldremos hoy?

Dudé unos segundos en decirle los planes que tenía, pero soy tan boba que ella se daría cuenta si miento.

—No, no saldremos —respondí sin mirarla—.Aunque yo tengo que salir más tarde.
—¿A dónde? —preguntó ella curiosa.
—Pues... tengo que ir a recoger una... ir a dejar una película que rente.
—¿Quién renta películas ahora? —preguntó divertida.
—Pues yo, tonta.

Madie apretó sus labios y asintió no muy convencida, aunque no podía decirle lo que realmente es que haría.

  ...

Estaba terminando de arreglarme cuando entró Madie al cuarto (aún llevaba sólo puesta la camisa), me miro recargada desde la puerta.

—¿No quieres que te acompañe?
—No es necesario, cariño, además; me encanta verte así vestida, no quiero que te cambies por ahora.

Madie sonrió y se acerco a mi, rodeo mi cuello con sus brazos. Puse mis brazos en su cadera.

—¿Eres feliz conmigo? —preguntó ella de la nada.
—Qué pregunta más tonta —dije y ella agacho la mirada—. Soy la mujer más feliz del mundo, Madie, eso debe quedarte claro, siempre.

Besé su frente y salí de la habitación para ir por las llaves del auto.

—Vuelvo en un rato. Te adoro Madie.

Dicho esto, salí de la casa y fui a donde estaba estacionado mi auto. Manejé unos minutos hasta llegar a donde quería.

—Entonces ya quedo todo arreglado para hoy, ¿verdad? —pregunté.
—Sí, todo está arreglado para cuando venga con...
—Con mí novia —terminé la oración interrumpiéndola—. Bien, gracias.

Salí del edificio con una sonrisa de oreja a oreja o así era hasta que de lejos pude ver la figura femenina de alguien.

Me acerque con lentitud, no quería que me viera. Era Jasmine y Jacob, vaya, la panza ya le ha crecido demasiado.

Ella se veía bien... contenta. Iba con su demás familia. Mamá, papá, hermano y su marido.

Me di la vuelta y me dispuse a ir al auto, para después ir a casa con Madie. No le contaría que vi a Jasmine en la ciudad.

  ...

Cerré la puerta del auto y camine hacia la puerta de la casa, al abrir grande fue mi sorpresa al ver que estaba vacía.

Busque en todas las habitaciones pero nada, y eso me asustaba. Saque mi celular con rapidez y marqué al número de Madie.

—¿Mónica? —dijo Mad al responder.
—Sí, ¿dónde estás?
—Oh, vine a casa de George, estoy con Karen y Ruben. Aquí te espero.
—Genial, voy para allá —dije y colgué.

Volví a tomar las llaves del auto y salí de la casa para volver a manejar.

Llegué minutos después ya que la casa de George no es muy lejos. Llamé a la puerta y me abrió Karen.

—¡Hola! —saludo ella muy animada como siempre.
—¿Todo bien? —dije besando su mejilla.
—Sí, solo que llame a Madie para invitarlas a comer y bueno, ella llegó aquí y ya —rió—. Estamos en el jardín con los perros.

Asentí y fui al jardín, ahí estaba la mujer de mi vida jugando con Ruben, ella no se había percatado de que la miraba, rascaba la barriga del cachorro y reía de cualquier gesto de él.

—¡Ruben! —gritó al ver que él se echaba a correr.

Reí por lo bajo, seguía mirando a la perfecta mujer que tenía como novia. Su sonrisa con esos perfectos dientes, esa nariz, sus cejas, sus enormes pestañas. Era perfecta, podría tener al hombre que ella quisiese a sus pies pero la muy boba tiene un carácter de los mil demonios.

—Pasa, anda —dijo Karen haciendo que Mad volteará.

Camine hacía ella y sonreí pícara.

—¿Cuánto llevas ahí de pie? —preguntó ella.
—No sé. Pero no quería distraerte, te veías perfecta.

Madie me beso ignorando que Karen estaba cerca, en realidad me besaba cada que se le daba la gana. Una vez entro corriendo al baño, yo me estaba duchando. Me espanto ya que creí que le había pasado algo, pero solo quería besarme.

  ...

Estábamos charlando de todo, Karen era muy divertida y nos sacaba cada carcajada.

—Sí, entonces caí sobre George haciendo que él llorará —decía ella entre risas.

Después de terminar de reír le di un sorbo a la cerveza que estaba tomando.

—Y entonces, ¿para cuándo la boda? —preguntó Karen haciendo que me ahogara con la cerveza.

Madie dio golpes en mi espalda y reía no muy animada. La muy tonta creyó que no me gustaría compartir con ella mi vida entera.


N/A
Ups, había olvidado publicar. En media hora el siguiente capítulo. :3

Me Enamoré de la NoviaWhere stories live. Discover now