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Narra Mónica.

Llegué al departamento de Madie, iba a llamar a la puerta pero antes me fije con el reflejo de la pantalla del celular, si me veía decente.

Estaba emocionada por volverla a ver, estos meses se me hicieron eternos sin ella.

Llame a la puerta una... dos... tres veces y nadie, hasta que por fin alguien abrió, que no era exactente Madie.

-¿Qué tal? -dice la chica ultra sexy recargada en la puerta.
-¿Qué? ¿otra? -dije confundida y molesta alzando mis brazos.
-¿Otra? ¿de qué hablas?
-¿De qué hablo? ¡Ja! -di un paso enfrente-. La chica con la que estás, es la mujer que amo y no me moveré de aquí, hasta que ella salga a darme una explicación.
-¿Qué mujer? ¿mi mamá? -pregunta extrañada. Cosa que me sorprendió-. ¡Mamá! Te buscan.

Me crucé de brazos molesta esperando ver a Madie, pero grande fue mi sorpresa al ver a una señora de unos 40 años parada a lado de la chica sexy.

-¿Quién me busca?
-Ella -dice la chica señalándome-. Dice que te ama y que no se ira de aquí hasta que hable contigo.
Comencé a negar como loca -Espere, ¿quiénes son ustedes?
-¿Quién eres tú? -preguntó la señora-. Sé que de joven fui una pilla, pero juro que no me he metido con una mujer desde que me casé.

La chica sexy abrió grande sus ojos y tapó su boca con las manos. Hice lo mismo.

-¡Mamááá! -gritó la chica.
-Es la verdad, hija.
-¡Ok! Entiendo que ustedes no me conocen, ni yo a ustedes -dije interrumpiéndolas, ellas asintieron-. Pero necesitó saber que pasó con la chica que antes vivía aquí. ¿Saben de quién hablo?

La señora rasco su barbilla y la hija apretó sus labios, hasta que abrió grandes los ojos.

-¡Se mudo hace un mes! -dijo la chica-. Yo la vi. No muy alta, blanca y delgada, cabello corto, ojos grandes -asentí emocionada-. Ese día me comento que se mudaría cerca de su restaurante favorito.

Comencé a hacer memoria intentando recordar cual es su restaurante favorito.

-¡Ya sé cual! -grité emocionada-. ¡Gracias! -dije y me acerque a besar las mejillas de las dos mujeres.

Al voltearme, la señora dio un golpe en mi trasero, su hija le dio un golpe en la mano y la señora se limito a alzar sus hombros quitándole importancia a lo que acababa de hacer.

-Si tuviera unos veinte años menos -susurró y cerro la puerta.

Me quede unos segundos de pie analizando lo que había pasado... Además de golpe de trasero de la señora, algo inundo mis pensamientos positivos. ¿Y si Madie se mudo para estar con Jasmine?

-No lo sabré hasta descubrirlo.

Baje a donde estaba el auto que había dejado al irme, subí y encendí la radio para poder distraerme, comenzó Take on me de A-ha.

-Genial -dije con sarcasmo.

...

Llegué a donde está el restaurante favorito de Mad, baje a mirar la zona, me acerque a un puesto de periódicos a pedir indicaciones.

-¿Edificio más cercado de departamentos?
-A una cuadra -dijo el señor muy simpático.
-¡Gracias!

Subí al auto maneje hacía dónde él había dicho, llegue a un edificio muy lindo, mejor que en el antes ella vivía; aunque un poco más lejos de mi casa.

Baje rápido y fui a donde estaba la señorita encargada del edificio, ella se encontraba leyendo una revista de cosméticos de belleza.

-¿Disculpa? -pregunté. Ella subió con pereza la mirada.
-¿Qué? -preguntó la chica con descaro.
Relami con nerviosismo mis labios antes de hablar -. Lo que pasa es que quiero saber si una amiga mía, vive aquí -dije lo más cortés posible.
-Sí es tu amiga, ¿por qué no le preguntas?
-Por, porque ella se mudo, y se fue, además yo no quería y... -mire a la chica y ella enarco una ceja no muy conforme con lo que decía-. Bien, peleamos y la estoy buscando para pedirle disculpas.
-¿Y por qué te quieres disculpar? -preguntó la curiosa chica.
-Por, por, porque la amo -dije firme. La chica sonrió de oreja a oreja.
-¿Ya escuchó señorita Madie?

Abrí de golpe mis ojos, como si de enormes esferas se tratasen, me gire nerviosa y en efecto, ahí estaba de pie, atónita mirándome. Tan pulcra y hermosa.

Madie llevaba un bolso de mano colgado en su hombro, iba vestida tan elegante y casual, había aprendido mucho estando con Jasmime.

Me acerque con lentitud, ella no se movía, no había ningún gesto en su pálido rostro.

La mire unos segundos a los ojos, ella tenía lágrimas que resbalaban de sus mejillas sin preocupación alguna. Me puse de rodillas frente a ella y abrace sus piernas.

-Lamento haberte dejado -susurré. Mis lágrimas resbalaron por mis mejillas pero no me moví de la incomoda posición en la que estaba.

Por fin había encontrado a Madie.

Me Enamoré de la NoviaWhere stories live. Discover now