63

20.7K 1.2K 467
                                    

Tallé mis ojos y mire el reloj por cuarta vez. Eran exactamente las 4:00 am, no habían pasado ni cinco minutos de la última vez que lo había revisado.

Estaba tan nerviosa, ahora logró entender la adrenalina que sienten mis clientas estando a punto de casarse.

Siempre lo había visto como exagerado pero ahora que lo pienso, siento que estoy peor que ellas.

Apreté mis labios y cerré mis ojos intentando poder dormir de una vez.

  ...

—¿Lista? —preguntó Karen mientras me peinaba.
—Tengo miedo —confesé con vergüenza.

Karen sonrió y negó mientras apretaba mis hombros y me miraba por el espejo.

—Estás a punto de casarte, ¿quién no moriría de miedo en tú lugar?

Cada movimiento que hacía era aún más torpe que el anterior, estaba nerviosa, mi maquillaje era perfecto, mis zapatillas, mi vestido, todo era tan perfecto como para poder ser real.

Karen se había ido porque tenía que arreglarse ella, resulta que ella es todo: mi dama de honor, madrina de anillo, etc.

Estaba sentada a la orilla de mi cama, estaba temblando, habían pasado tantas cosas, tanto en tan poco tiempo.

Llamaron a la puerta y fui a abrir; era mi padre que al verme se apresuró a llevarme a sus brazos, él lloraba y yo intentaba no hacerlo (sino Karen me mataría por arruinar el maquillaje).

...

La boda sería en un jardín, iba en el auto junto con mi padre, estaba tan ansiosa que jugaba con mis dedos para poder calmarme pero papá me detuvo, dijo que se estaba mareando de verme así.

Llegamos y vi que ya todos estaban en sus respectivos lugares, familia, amigos, etc. Todo estaba hermoso.

Papá me ayudo a bajar del auto y me dio su brazo para poder llevarme por entre la gente.

Era un pasillo hecho con rosas blancas y al final de éste estaba Ruben y a lado estaba ella, mirándome, la forma en la que me miraba no sé como explicarlo, me mira diferente, nunca nadie me a mirado de esa forma, eso me hizo darme cuenta que imaginar mi vida sin ella, no tendría mucho sentido.

Papá caminaba a mi lado, me límite a sonreír y ella me devolvió la sonrisa. Llegué a donde estaba ella.

Me abrazó y besó mi frente, me miró unos segundos mientras todos aplaudían o reían con ternura. Mónica limpió mis lágrimas que ya resbalaban por mis mejillas.

—Te ves preciosa —susurró Mónica.

  ...

Tome sus manos, Mónica estaba frente a mí y solo sonreía tan hermosa como siempre.

—Lamento ser tan difícil —dije y Mónica soltó una risita—, de verdad, es la única palabra que encuentro para definirme. Difícil en cuanto a mi forma de ser, mi manera de pensar, soy difícil de tratar, de querer, de soportar, creéme que sé que lo sabes. Pero a pesar de todo, tú no te has ido, aprendiste a vivir con ello, a tomarle aprecio. No sé que pasará con nosotras dentro de algunos años, pero tengo la certeza de que estaremos bien, siempre salimos de las cosas juntas. Te amo Mónica, lo he hecho siempre y lo seguiré haciendo.

Mónica sonrió y apretó fuerte sus labios mientras pasaba una mano por sus lágrimas que ya salían de sus hermosos ojos.

—Contigo puedo ser yo —dijo Mónica sonriendo—. Nunca me pides más de lo que puedo darte, me entiendes, te entiendo. Haces que cada día crezca como persona; llenas mi vida de cosas nuevas, emociones nuevas, de todo. Quiero estar contigo lo que resta de mi vida, te amo mucho Madie.

Me Enamoré de la NoviaWhere stories live. Discover now