| m u s e | ♡ wonwoo

IX. Desentrañando la superficie

Estaba claro que había mucho que explicar, pero Wonwoo se negó a hacerlo hasta que no quedase ni una pluma en el salón de su casa. Mientras tanto, el joven explicó a sus vecinos- y a Hoshi, que llevaba en su puesto de trabajo desde la mañana, temprano- todo lo relativo a los gritos.

_______ observó la escena con una mezcla de diversión y disgusto. Cuando el primer golpe de puerta sonó, Wonwoo mostró una clara expresión de rabia silenciosa, pero cuando la puerta se abrió, una débil y avergonzada sonrisa ocupó el lugar de la ira. El chico se disculpó por el ruido, explicó brevemente el contratiempo, aseguró dulcemente a sus vecinos que no había ningún criminal en el edificio y que podían dormir tranquilos y les prometió que aquello no volvería a ocurrir. Entonces, cerró la puerta y su rostro volvió a modificarse, al girarse hacia ellos.

— Qué lío— murmuró, inspeccionando el suelo —Muy bien, señorita _______. Jamás habría pensado que limpiaras tan bien, sobre todo teniendo en cuenta tu apartamento.

— Púdrete—  gruñó ella —Ahora, ¿puede alguien explicarme por qué el novio de Katja se ha metido en mi cama en medio de la noche y cómo ha entrado en casa?

— ¿Tu cama?— los ojos de Mingyu se cerraron. Entonces la miró a ella y a Wonwoo, descubriendo que ambos estaban enfadados. Por la razón que fuera, cada vez que la gente se enfadaba, era él quien se llevaba la peor parte, tanto si había sido culpa suya, como si no —Para tu información, chica desquiciada, este sofá-cama es mío.

— ¿Y quién lo dice?

Él buscó algo en sus bolsillos y sacó una llave.

— ¡Lo dice la llave de repuesto de este apartamento!

—-Calma los dos— intervino Wonwoo, acariciándose el hombro dolorido. Tal vez se hubiese golpeado más fuertemente de lo que él creía —La verdad, señorita _______, es que ésta es la cama de Mingyu.

— ¡Ja!— se alegró el hombre de pelo azul.

_______ movió la mano.

— Pero, ¿por qué ibas a...?— entonces se paralizó, llevándose la mano al pecho —¡Imposible! ¡No puede ser!— abrió la boca —¡Me hizo gracia, pero nunca pensé que fuera verdad!— miró a Wonwoo —Entonces, ¿eres tú con el que él está engañando a Katja?

— ¡No!— gritaron ambos a la vez. Mingyu se golpeó la frente con la palma, mientras Wonwoo contenía a duras penas su rabia —Por cierto, Batman, ¿quién es esta tipa?

— Llámame por mi nombre de pila— replicó, haciendo que Mingyu murmurara algo en francés. Sin embargo, sin apenas terminar lo que decía, Wonwoo acortó la distancia entre ambos y le agarró del cuello, con su mano malherida —¿Sabes? Katja me ha enseñado algo de francés en su tiempo libre, así que si vas a insultar, ten la valentíade no hacerlo con tu idioma de cursis.

_______ se sentó en el sofá, deseando recibir una explicación, pero sin desear perderse la violenta discusión. ¿Entretenimiento nocturno? ¡Bueno, podía acostumbrarse! Ya sólo le faltaba una bolsa de palomitas.

— Bueno— continuó Wonwoo, soltando a Mingyu —Deja que te lo explique— señaló en dirección al hombre de pelo azul, ignorando sus toses y gemidos —Como tal vez sabrás, o no, él es Mingyu Kim, el novio de Katja desde hace dos años. Somos amigos, aunque la mayor parte del tiempo no estoy muy seguro de eso— entonces, sin preaviso, agarró al sospechoso francés y lo arrojó contra la pared —Por cierto, ¿dónde están mis veinte dólares? Creo que he sido bastante generoso dándote más tiempo para pagarme.

— ¡Aquí!— rápidamente, Mingyu se sacó la cartera del bolsillo trasero del pantalón y sacó el billete. Wonwoo tomó tanto el dinero como su cartera, sacando otros cinco extra.