XXIX. No volveré a casa sin ti

3.1K 197 94
                                    

... Día Uno...

En algún momento de la tarde, la puerta se abrió y Mingyu, ataviado con ropa de invierno, entró junto a Katja, con los patines de hielo en la mano. Inmersos en su conversación, esperaron encontrarse a Wonwoo y _______ listos para salir hacia la pista de patinaje de Westwood; sin embargo, su conversación se detuvo y sus sonrisas desaparecieron cuando vieron a Wonwoo sentado ante el piano, componiendo y componiendo a tal velocidad que apenas podía seguirse el ritmo de su obra. En la esquina del salón, el árbol de Navidad no estaba iluminado, aunque llamaba la atención, entre el sofá y la mesa. Mingyu pestañeó, dejando sus patines en el suelo.

— Amigo, se supone que tenemos que marcharnos a las siete. ¿Está _______ duchándose o algo así?— preguntó, comprobando la hora en su teléfono móvil; el espontáneamente planificado cumpleaños de Wonwoo empezaría tarde, sin dudarlo.

Wonwoo dejó de escribir con su mano izquierda, por un momento.

— No— dijo al poco tiempo, sin mirarlos a la cara —No está en la ducha.

Katja echó un vistazo. Todo estaba muy... desorganizado. No era propio de Wonwoo dejar las cosas así, con todo tirado por el suelo. La televisión estaba encendida en el canal del tiempo, donde un simpático presentador anunciaba mejores temperaturas para el día siguiente. Había dos tazas sucias en el fregadero de la cocina, pero él no pareció darse cuenta de todo eso mientras escribía, clavando su mirada en el papel, que rápidamente se estaba llenando de notas y acordes. Mingyu empezó a enfadarse.

— Bueno, ¿y dónde está?

Wonwoo llegó al borde de la página, rozándola con su mano derecha para poder darle la vuelta rápidamente y seguir escribiendo. Entonces, dudó por un instante, antes de tomar otra hoja llena de notas.

— Se ha ido— les dijo, antes de apoyar el lápiz y seguir escribiendo.

... Día Dos...

Mingyu agarró el pomo que controlaba las marchas de su furgoneta y giró hacia el semáforo en rojo, maldiciendo a su viejo automóvil y apoyando sus manos en el volante, mientras esperaba que se pusiera de color verde. Se había pedido el día libre en el trabajo, pues no quería perder nada de tiempo buscándola. Podía haberse negado, pero seguro que Katja le regañaba si lo hacía. Por desgracia, lo único que había visto fue su mirada de preocupación y tristeza, mientras la había dejado en la universidad, pocas horas antes. El semáforo se puso en verde y él arrancó, siguiendo el tráfico que lo guiaba desde Westwood hasta distritos más poblados.

Nada. Aquélla debía de ser ya su cuarta vuelta por la zona y, a pesar de haber visto a unas pocas pelirrojas, no había ni rastro de _______. Era como si hubiera desaparecido de la faz de la Tierra, dejando de existir en cuanto hubo cruzado por la puerta. Solía pensar que Wonwoo tenía una especie de radar interior que localizaba a la chica allí donde estuviera, pero cuando le había preguntado aquella mañana dónde estaba ella- después de asegurarse de que comiera algo, pues el pianista se había saltado el almuerzo y la cena del día de su cumpleaños- Wonwoo le contestó encogiéndose de hombros.

— Wonwoo— dijo Mingyu, mientras su mejor amigo acariciaba las teclas del piano y creaba una nueva composición —Vendría bien algo de ayuda.

No es asunto mío— contestó él, dando paso a una preciosa sucesión de notas, que por un momento distrajo a Mingyu de su cometido.

Le costó bastante hacerlo, pero, mientras se comía la barrita de cereal que conformaba todo su desayuno, Wonwoo le contó a Mingyu que él y _______ habían tenido un conflicto de intereses. Habían discutido un poco y, al final, decidieron dejar de vivir juntos y ella acabó marchándose por propia voluntad. No había motivo para asustarse, para buscarla. Estaba bien. Una chica fuerte como ella no iba a desmoronarse por haber tenido una pequeña pelea.

| m u s e |  ♡ wonwooWhere stories live. Discover now