Capítulo 5: Tres días no es nada

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Sam no podía creerlo ¿Castiel estaba confesándole lo que sentía por Dean? ¿O se estaba dejando llevar por la imaginación? No, Cas había dejado bastante claro que tres días como mujer no eran suficientes. Si en verdad no le importaba el género de su recipiente ¿Qué más da que fuera media hora o un año? Aguardó en silencio a que el ángel hablara.

La mujer había bajado las manos y miraba la mesa con tristeza.

Sam se arriesgó. Aclaró su garganta. Cas lo miró con los ojos vidriosos. Diosss esto iba en serio. Bien.

—Emm ¿Cas? ¿A qué te refieres? ¿Para qué no son suficientes tres días?

Castiel se mordió el labio y aflojó los hombros. La chica se veía derrotada.

—Vamos. Habla conmigo, hermano. Sabes que puedes decirme lo que sea —lo alentó. 

Castiel dudaba, miraba hacia la puerta por donde Dean había salido y volvía a mirar a Sam.

—Dean tardará en regresar, era una larga lista. Estamos solos. —Sam extendió un brazo sobre la mesa y rozó la pequeña mano del ángel. Castiel suspiró y asintió.

—De acuerdo. —Cas parpadeó varias veces antes de continuar, tragó con fuerza, buscó la mirada de Sam y, con un hilo de voz, dijo—. Estoy enamorado de Dean. —Los ojos de Sam se abrieron con sorpresa. No es que no hubiera imaginado que así era, pero no creyó realmente que Cas fuera a decírselo a él. El labio inferior de Castiel comenzó a temblar y sus ojos se llenaron de lágrimas—. Y ya no puedo cambiar de recipiente, Sam —susurró al tiempo que la gota que colgaba de sus pestañas cayó y se deslizó por su mejilla. Sam lo miraba sin saber qué decir, le dio un pequeño apretón en la mano.

—¿Qué quieres decir con que no puedes cambiar de recipiente?

—Eso...—Cas suspiró y miró al techo, su voz, que sonaba imposiblemente profunda, temblaba—. Exploté tantas veces... y fui humano aquí —dijo señalándose a él mismo—. Me temo que mi esencia está fusionada con este cuerpo.

—¿Estás seguro? ¿Lo has intentado? —Hablar de estas cuestiones técnicas era más sencillo, así que Sam se aferró al tema que podía manejar y quizá hasta ayudar.

Castiel rio con amargura mientras renovadas lágrimas caían.

—¿Si lo intenté? Traté hasta el hartazgo. Cuando tomé este cuerpo no comprendía la importancia que los humanos dan a las cuestiones de género. Simplemente Jimmy estaba mejor predispuesto a decir "sí" que mi otro recipiente, —Sus palabras se atropellaban mientras hablaba—, una joven drogadicta, sola en el mundo y atea, a quien le importaba un bledo que un Ángel del Señor le hablara. No pude convencerla, y necesitaba un cuerpo rápido. Ella fue una pérdida de tiempo importante y por su culpa Dean despertó dentro de su tumba; no pude sacarlo antes de que recupere la conciencia. —Sam escuchaba con atención, no tenía idea de que Cas había tenido otra opción de recipiente. Castiel liberó su mano del agarre de Sam y secó sus lágrimas—. Tendría que haber insistido con esa chica, al final no solo arruiné la vida de Jimmy y de su familia; sin darme cuenta también me condené a mí mismo. Ya he hecho el duelo de mi verdadera forma, no volveré a ver mi rostro sin este cuerpo de por medio, pero esto... Lo siento, Sam. Lamento que tengas que verme así. —Sam no sabía desde cuándo Cas se sentía de esta manera, pero era evidente que llevaba algún tiempo conteniendo la angustia. Cuando volvió a romper en llanto, el Hombre de Letras se puso de pie, bordeó la mesa y abrazó con fuerza a la mujer, quien sollozando enterró el rostro en su cuello.

—Ey, Ey. Todo estará bien. Lo solucionaremos —la consoló mientras con lentitud dibujaba círculos en su espalda para tratar de calmarla. 

Jamás había visto a Castiel así. Se preguntó si Dean lo había visto llorar alguna vez. Cas finalmente se tranquilizó, suspiró con fuerza y se apartó.

Hechizando Rápido y Fácil Con Madame GreenTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang