Capítulo 12: Ni Reinas ni Reyes

594 78 119
                                    


Una vez que el señor Thompson se recuperó de la experiencia vivida, ya no quedaba mucho por hacer.

Sam y Dean acomodaron los muebles que se habían desperdigado durante la batalla y recogieron sus cosas. Cas aún no se sentía del todo bien, por lo que se había mantenido sentado todo el tiempo. Claire sospechaba que solo eran excusas para no trabajar, pero no lo culpó, ella en su lugar hubiera hecho lo mismo.

Ya estaban dirigiéndose al hall de entrada cuando escucharon el sonido de unas llaves tintineando.

—¿Qué debo hacer con el automóvil? —preguntó Bill exhausto—. ¿Debería quemarlo?

—El espíritu de su esposo ya está en paz, señor Thompson —dijo Sam con solemnidad.

—Aunque con estas cosas nunca se sabe —añadió Dean con una sonrisa de lado. Sam y Cas le dedicaron una mirada inquisitiva, pero el cazador solo se mojó los labios y continuó hablando —. El fantasma estaba unido al auto, yo no descartaría que pueda regresar en algún momento. Pienso que lo más sensato es deshacerse de él —concluyó encogiéndose de hombros como si quemar un auto como ese no fuera la gran cosa para él.

Bill miró el llavero en sus manos por un momento, considerando lo que debía hacer, luego frunció los labios y miró a Dean con firmeza.

—¿Sabe qué? Es suyo —dijo tomando la mano de Dean y depositando allí las llaves—. No puedo seguir lidiando con esto. No me interesa lo que haga con él. Solo lléveselo.

Dean sonrió y apretando el llavero hizo un pequeño saludo de scout y salió de la casa.

Mientras caminaban hacia los autos Sam y Cas se pusieron a la par de Dean y lo miraron. Una enorme sonrisa de satisfacción recorría su rostro.

—Creo que voy a iniciar una colección —dijo el cazador jugueteando con las llaves en su mano.

—¿De verdad, Dean? —lo reprendió Sam dando una mirada hacia la casa, pensando en que su hermano acababa de robarle al señor Thompson.

—Ey, un hombre necesita sus hobbies —rio Dean—. Es bueno para el cerebro, ¿sabes?

Sam rio al escucharlo y negó con la cabeza.

—Eso es cierto, Sam —dijo Cas con seriedad.

—¡¿Ya ves?! ¡Cas lo aprueba! —aseguró rodeando a Castiel por los hombros con su mano libre.

—Dean, yo no dije eso —protestó el ángel, consiguiendo que Dean ría aún más.

—Ya déjalo vivir, Sam —dijo Claire dándole un ligero golpe al costado—. Hacemos el trabajo sucio y la mayoría de las veces la gente ni siquiera dice gracias. Yo digo que se quede con el auto. Se lo ganó.

Sam sacudió la cabeza riendo, alzando las manos en señal de rendición, y Dean y Claire chocaron cinco.

—Encárgate de Bebé —dijo Dean, buscó las llaves del Impala en su bolsillo y se las arrojó a su hermano—. Yo llevaré a El Rey de paseo. —Dean decidió ignorar el gesto que Sam hizo al escuchar el nombre que le acababa de dar al Cadillac y buscó la mirada de Castiel—. ¿Vienes? —Castiel se veía exhausto, pero aún así murmuró "por supuesto". Dean sonrió satisfecho y miró entonces a Claire—. ¿Y tú qué dices?

—¿Yo? —exclamó la joven sorprendida por la oferta—. No, yo vine con mi auto, no puedo dejarlo. Además Jody me está esperando —se apresuró a excusarse. Dean se encogió de hombros como diciendo "tú te lo pierdes", hizo una seña a Castiel para que lo siga y comenzó a caminar hacia su nuevo automóvil de colección. Sam, Cas y Claire compartieron una mirada cómplice. Cuando Claire estuvo segura de que Dean no podía verla, alzó sus pulgares a Cas deseándole suerte y se subió a su auto.

Hechizando Rápido y Fácil Con Madame GreenWhere stories live. Discover now