Bajé a la cafetería. Habían pasado ya dos días, y Lola no es que mejorara mucho. Si, bueno, no me espero que se cure en dos días, pero yo, la veo peor que antes... Entré en la cafetería, y vi, al fondo, al muchacho rubio. No, no se como se llama. Llevamos hablando dos días, como conocidos, y ni siquiera nos habíamos interesado por nuestros nombres. Y, bueno, la verdad a veces dudo de que tenga casa o familia. No se mueve del hospital, esta todo el día con nosotras, y a mi, me paga la comida, ya que a mi hermana se la dan gratis por estar ingresada. No se por qué, pero está con nosotras. Nos ayuda, y se preocupa por mi hermana. Y realmente parece preocupado. No lo entiendo, nos conoce desde hace días...
«Quizá ya es la hora de saber su nombre», pensé.
-Buenos días-dije, sentándome a su lado. El estaba comiendo una tostada.
-Buenas-me respondió con una sonrisa-. ¿Que tal has dormido?
-Muy bien, gracias.
Parecía una conversación de niños ricos. Todo con por favor y gracias, debido a la falta de confianza. O eso pensaba yo, que no había confianza.
-Oye, yo creo que ya es hora de conocernos normalmente, ¿no?
-Si, puede ser-dijo-¿Tostada?-dijo ofreciendome comida.
-Bueno, vale-dije cogiendo la tostada, ya untada con mermelada.
Me metí la tostada en la boca, y disfrute del sabor. Debía de hacer años que no lo probaba. Cuando terminé de comerla, le miré.
Me estaba observando. Cada uno de mis movimientos.
-¿Que ocurre?-pregunte, tímidamente.
-Comes la tostada como si no hubieras comido algo así en toda tu vida-decía asombrado.
-Es que hace demasiado tiempo que no como en condiciones.
-¿Quieres más?-dijo levantándose.
-No gracias, ya estoy acostumbrada a comer poco, con eso me basta-decía tocandome mi vientre, plano.
-Tonterías-respondió.
Fue a la barra y pidió un par de tostadas mas. Cuando llegó junto a la mesa, me plantó el plato frente a mi.
A mi no me quedo otra que comerme las tostadas. Aunque diría que, mas que comerlas, las engullía.
Cuando terminé, levante la cabeza, y me encontré con los ojos del muchacho, observándome.
-¿De donde saliste...?-pensó en voz alta.
-De mi madre-respondí cortamente, con indiferencia, con restos de comida en la boca.
Se rió.
-Claro...-dijo riendo levemente-pero... es cierto, como es que tus padres no están con vosotras, estando tu hermana tan grave.
No me esperaba eso. Agache la cabeza, y cerré las manos tanto como pude.
-Se fueron hace tiempo.
-¿De viaje?-preguntó.
-Si. Se fueron de viaje de trabajo a Miami, hace 11 años... pero no volvieron nunca. Tuvieron un accidente.
Me levante. No quería estar mas ahí. Pero alguien me cogió de la muñeca. Me gire, y vi al muchacho, mirándome tristemente.
-Lo siento, no lo sabia.
-No te preocupes.
-¿Como te llamas?-pregunto.
YOU ARE READING
Una huérfana especia || PAUSADA
Teen FictionRegistrada en Safe Creative. Código: 1502083208995 Prohibida su adaptación o copia. Todos los derechos reservados. ________________ Yo no sabía nada de esto. No sabía que de mis manos saltaban chispas, y menos aun, que me enamoraría de un compl...