Una huérfana especia || PAUSADA

Sola

QUE TAAAL? LES GUSTA? PUES TODAVIA NO HA EMPEZADO LO MEJOR.

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     Jake, que, marginado en una parte de la habitación contemplaba la escena, salió corriendo, y volvió inmediatamente acompañado por un doctor y un par de enfermeras.

     Una de las enfermeras me separó de Lola, y nos  empujó a Jake y a mi fuera, mientras yo me debatía contra ella. Cuando consiguió sacarme fuera de la habitación, cerro la puerta, y echo la llave por dentro para que no fuera  de entrar. Me lancé a la puerta, y la golpee con los puños.

-¡Dejadme entrar!-suplique a voces-.¡Dejadme entrar!-Jake, que estaba de espaldas a mi, me cogió por las muñecas y me agarró fuertemente, evitando que diera mas golpes en la puerta.

-Lola...!-gritaba, con la esperanza de que contestara-¡¡¡LOLA!!!Llorando, escuché lo que decían dentro de la habitación.

-¡Doctor, esta sufriendo un paro cardiaco!-oía como gritaba una de las enfermeras-la perderemos...

-No mientras yo este aquí, no la perderemos. Un, dos, ¡tres...!-escuchaba como intentaban reanimarla-. Un, dos, ¡tres...!-repitió esta acción varias veces mas.

     De repente el hombre paró tras, lo que me pareció a mi un largo momento.

     Escuche un pitido largo. Un pitido que señalaba la muerte. Uno parecido a cuando te pitan los oídos, pero mas estridente, y constante. Un pitido que te partía el alma en dos.

     Volví a escuchar al doctor gritando un, dos, ¡tres...!un, dos, ¡tres...!un,dos, ¡tres...!. Después, silencio. Únicamente se oía aquel horrendo pitido.

-¡¡¡¡LOLA!!!!! NO, ¡¡¡¡¡LOLA!!!!! -la llamé incesantemente durante 3minutosque se me hicieron eternos- ¡¡¡¡LOLA!!!!

     Nadie respondía. Me había quedado sola. Sola en el mundo. No tenia a nadie. Nadie. Mi madre. Mi padre. Mi hermana. Todos muertos. ¿Por que me tenia que pasar esto a mi? ¿No hay mas personas en el mundo a las que hacer sufrir?

     Mi cabeza daba vueltas. Empecé a tambalearme, pero Jake me cogió de los hombros. Intente ponerme de pie, y cuando lo conseguí, me pare en seco. «Murió... murió... ha muerto...», pensaba. Mis ojos se llenaron de lágrimas, y me tape la cara con ambas manos.

     Después de tanto esfuerzo...

     Después de tanto sufrimiento...

     Después de tanto dolor...

     No valió la pena nada. Nada.

     Notaba como mis lágrimas recorrían mis mejillas, dejando marcados surcos de agua salada. Me sentía vacía. Sin vida. Creí que había muerto, que estaba muerta. O que simplemente era un sueño. Si. Debía ser eso. Un largo y horrendo sueño del que no podía despertar, aunque quisiera.

    Jake me había soltado las muñecas, pensando que ya me había tranquilizado, por lo que me deje caer en el suelo, derrotada. Me quede ahí un tiempo, escuchando el pitido. Era como si todos mis sentidos hubieran dejado de funcionar. Sentía como si no respirara, y empecé a ver borroso, pero no era por las lágrimas. La cabeza me daba vueltas, y me daba la sensación de que si intentara pronunciar palabra alguna, no saldría ni aire. Me sentía como si hubiera caído en un abismo. Sin salida. Perdida. Sola.

     La puerta se abrió y de allí salieron las dos enfermeras y el doctor. Este me levantó del suelo, susurrando «lo siento». Pero yo no escuchaba. Todos mis sentidos estaban nublados. Jake, se acercó a mi, y me ayudó a entrar en la habitación.

     Su cara, pequeña y frágil, estaba pálida, y sus pequeños labios, cuyos antes eran rojos y carnosos, ahora estaban morados, sin vida. Pero lo que me llamo la atención eran sus ojos. Aun sin vida, esos hermosos ojos verde azulados, miraban a la nada, pero todavía con una chispa de luz, al igual que los labios, paralizados en una mueca parecida a una sonrisa. Este gesto era aterrador, e igualmente dulce, ya que muestra que expiró sonriendo.

     Le cerré los ojos, y mejore su sonrisa, con lágrimas en los ojos. Fui a retirar la mano, pero contemple con horror, que mi mano se habia pegado a la mejilla de mi hermana, y no podia despegarla, mientras que esta, abria en un segundo los ojos de nuevo, y los volvia a fija en un punto especifico, mientras que la boca la torcia esta vez en un gesto de terror.

     Asustada, retire la mano, y mire el rostro palido de mi hermana. Despues mire a Jake, que, tenso, miraba a mi hermana, frunciendo el ceño. Esta, estaba mirando hacia un punto en concreto. Dirigi la mirada hacia donde miraba ella, y pude ver un folio, en el que habia escrito con letras grandes «te encontramos, Isa».

-Jake-avisé. Pero este, reaccionando antes que yo, me cogió de la muñeca, y tiró de mi-¿que haces?¡dejame!

-No pares-dijo.

-Pero que...

-No hables y corre-dijo.

     No sabia de que me hablaba hasta que noté que alguien nos miraba o seguía. No pude evitar darme la vuelta, pero Jake tiro de mi brazo, haciendome girar nuevamente.

     Corría pensando en Lola, y en si volvería a verla, ya que me parecía que algo pintaba mal. Llegamos corriendo al coche de Jake, entre corriendo, y me abroché el cinturón, difusa, preguntándome por que hacía esto.

-Agarráte-dijo.

     Pisó a fondo el acelerador, y su coche, el Q7, corrió por la recta carretera de la ciudad, hasta que este torció a la derecha, y siguió a toda mecha corriendo por la carretera, con un control absoluto.

     Paró en un alto y grande edificio de lujo, con los cristales grandes y azules, con algún que otro balcón.

     Me deje llevar, sin saber ni entender nada.

     Subimos a la séptima planta del edificio a pie, y entramos en un apartamento en el que ponía sobre la puerta 6. Al entrar, Jake cerro la puerta, y se apoyó en ella una vez entramos en la casa, y respiró hondo.

     Al darme cuenta de lo que había hecho, dejando a mi hermana en el hospital, me volví contra él, furiosa.

-¿¡¿Que haces?!? ¡¡hemos dejado a mi hermana en el hospital!! ¡¡

capullo!!-le insulte.

-De nada

-Por que? -pregunte

-Por salvarte la vida.

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HOLIS, QUE TAL? SE QUE ES CORTO, PERO EL PRÓXIMO LO PROCURARÉ HACER MÁS LARGO, LO JURO.