Capítulo 11

12.3K 863 169
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cenaron y tanto Jason como Basil pensaron que sus fotos seguramente saldrían al día siguiente en los periódicos: "CEO de Unix Corp. comiendo en un restaurante de comida rápida". Vaya escándalo...

Una hora más tarde Basil suspiró mirando dentro de la habitación de su pequeño, esa noche estaba estrenando su pijama nuevo, eran apenas las ocho pero el pequeño había caído rendido apenas llegar a la mansión. Habían salido aproximadamente a las tres de la tarde y estado casi cinco horas fuera, el tiempo había pasado rápido, jamás creyó poder pasarlo tan agradable con Jason... aunque en ese momento las imágenes de lo que había sucedido esa mañana lo azotaron con fuerza.

─Así que ese era el gran secreto- Basil dio un respingo al escuchar la voz de Jason en su cuello.

─Demonios, no me asustes así- susurró para no despertar al niño, cerrando la puerta despacio -Le encantan los pijamas de robots, no te sientas excluido, es sólo que le compraste tanto que no quería que pensaras que pedía más- Jason bufó.

─Es mi hijo...- y Basil se sintió algo culpable.

─Lo sé- bajó la cabeza- Te has ganado su cariño muy rápido, es cuestión de tiempo para que te trate como a un padre por completo- Jason le vio.

─Por el momento esperemos que el padre se acostumbre más rápido a su papel- Basil se sonrojó.

─Creo que yo ya me voy a dormir- en un intento por huir de ahí antes de que perdieran los estribos o la ropa, cualquiera de las dos opciones sonaba peligrosa.

─Creo que no, Denakis- le detuvo sosteniéndolo por el brazo -Tengo una cena a las nueve y más vale que te des un baño rápido, te pongas el traje que te compré y bajes en veinte minutos- Basil iba a protestar pero Jason le interrumpió- Y no me importa que quieras ladrar al respecto, Denakis- dándole la espalda bajando al vestíbulo, solo entonces Basil notó que se había duchado y cambiado. Se veía... se veía increíblemente sexy y elegante tan solo de espaldas, menos mal que no le había prestado mucha atención teniéndolo de frente.

Con más emoción de la que quería sentir hizo lo que se le había pedido, se bañó, cambió y bajó simulando que aquello le fastidiaba, y en cierta forma sí, no quería ir a ningún lugar elegante con gente pomposa por todos lados, pero por otro lado, Jason tendría que simular que eran pareja, lo que abarcaba el tratarlo lo mejor posible, eso podía ser divertido. Además su carrera estaba prosperando y debía acostumbrarse a aquel tipo de mundo.

Al bajar, Jason apenas le vio de reojo, lo cual no supo si le molestó a lo alegró... ¡quería que le mirara! ¡Con un demonio! parecía tan interesado en un momento y al siguiente completamente indiferente; aunque esa indiferencia le permitía observarlo a sus anchas, el traje negro y el estilo elegante le sentaban de maravilla. De alguna forma comenzaba a acostumbrarse a su compañía... a su fría forma de ser... había dejado de molestarle... ya no sentía la incomodidad del silencio o aquella necesidad de reconocimiento de que le hablase o le mandara al demonio de una buena vez, solo ahora que después de arreglarse esperaba al menos un poco de apreciación. En fin, al menos ahora podía tomarlo con calma.

Por élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora