Capítulo 23

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En el sótano de alguna elegante mansión, Jason jadeaba entumido y obligado a la excitación, las malditas drogas incluso casi nublaban su analítica mente

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En el sótano de alguna elegante mansión, Jason jadeaba entumido y obligado a la excitación, las malditas drogas incluso casi nublaban su analítica mente.

—Ah...ah...Jason....— la chiquilla le sonreía moviéndose sobre él— ¿No soy buena? ¿No te gusta cómo se siente? Puedo hacerlo mejor que ese fotógrafo de cuarta— moviéndose rápido sobre Jason que jadeaba a fuerzas, apretando los dientes— Será perfecto, no tardaré en estar embarazada, te daré hijos propios Jason— prometía entre gemidos y Jason no podía imaginar un futuro menos deseable. Se sentía tan excitado, la droga le nublaba la mente pero no lograba alcanzar el orgasmo, no podía, no sin meterse entre las piernas de cierto rubio exquisito.

—Basil...—murmuró y la chica encantada en lo que hacía, no le escuchó.

Horas después, ya cayendo la noche, Kazu entró sigilosamente al enorme patio, Jason debía estar en alguna parte de aquella mansión, según las coordenadas debía estar prácticamente frente a él, pero a través de los enormes ventanales se podía ver a los dueños de aquella casa cenando plácidamente, para la segunda planta aquella parte tenía una preciosa terraza en donde no parecía haber nadie, así que debía estar en el sótano, Basil no había querido mostrarles el video que había recibido pero les dio todos los detalles que pudo notar en el lugar, no eran muchos pues decía que poco se apreciaba del lugar, pero les dijo lo suficiente como para suponer que su idea de que estaba en el sótano era cierta.

Kazu sabía que podría haber presionado a Basil, que teniendo en cuenta el peligro que podía correr el rubio terminaría enseñándoles el video, pero era tan obvia la razón por la que se los escondía, aún a pesar de sus dudas, sabía que Jason no soportaría que alguien más que Basil le viese en el patético estado de ser sometido por una chiquilla caprichosa, mucho había dicho ya Basil al decirles la clase de video que era para mantenerlos a raya.

—Buenas noches Kazucito ¿qué haces revoloteando por aquí a estas horas?— Kazu se sobresaltó, y viendo hacia abajo, a los pies del árbol en que se había subido estaba 'él'.

De pie con sus ciento ochenta y cinco centímetros de altura, con aquella expresión arrogantemente fastidiosa que parecía siempre predominar en su rostro, estaba su tío.

— Así que al final eras tú quien estaba tras todo esto— el moreno se encogió de hombros sonriendo.

—En realidad no estoy tras esto del todo, de hecho ni siquiera me voy a meter en tu camino, me pagaron, hice mi trabajo y ya acabé— Kazu frunció el ceño como si no le creyese —Estoy aquí exclusivamente para divertirme mi adorable Kazu, sólo para ver como rescatas a tu salvador— Kazu le observó y en silencio se dispuso a entrar en la casa, su tío le seguía de cerca, sentía deseos de mandarlo al demonio pero había aprendido que a Yudea era mejor ignorarlo o buscaría más formas de fastidiarte.

Era bastante tarde cuando la casa se quedó al fin en silencio, se escabulló dentro, la seguridad era la normal en una residencia como aquella, pero apenas algo de esfuerzo era lo que necesitaba para evadirla, aunque ciertamente era frustrante que su tío le siguiese, le vigilase y sin la más mínima dificultad.

Por élWhere stories live. Discover now