Capitulo 1.| Ceo White.

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Mi camisa no desea ser abotonada, luchó contra ella como suelo hacerlo cada mañana antes de ir a  trabajar.

Observo la vieja foto que reposa tranquilamente sobre mi mesa.

Aunque los años pasen, seguimos viéndonos igual de jóvenes que antes. El brazo derecho de Adiel, aprieta mi cuello con fuerza, mi rostro esta crispado en una extraña mueca, mientras que mi puño es estampado sobre su vientre y su cara se dibuja una sonrisa dolorosa.

Ya an pasado ocho años de amistad a su lado y seguimos tratándonos como dos críos. A los cuales hay que soportar, ya que estamos muy grandes para recibir nalgadas de alguien.

Termino de abotonar mi camisa triunfante, me siento sobre el borde de la cama, poniendo mis medias y de paso mis incómodos pantalones.

Desde que había decidido con la ayuda de mis seres queridos a fundar mi propia empresa, sentía que todo mi iba mejor, seguía siendo el mismo descabellado loco de cabello rizado, pero en cuanto pasaba las puerta de este apartamento, me convertía en el CEO más importante en el mundo de las ventas.

White on your skin inc.[1] Estaba funcionando de la mejor manera: ver a adultos, jóvenes y niños llevar mis diseños me ponía feliz, como si hubiese completado algo en mi vida, me hacia sentir  completo.

Salgo de mi cuarto, caminando a paso rápido por el pasillo, escucho los platos ser fregados y un poco de música, Olivia mi ama de llaves está cocinando algo delicioso, puedo sentir el aroma golpear mi nariz.

Apoyo mi hombro sobre el marco de la puerta, observándola al mismo tiempo que doy un vistazo por  mi apartamento es grande, sus colores neutros y pálidos me gustan.

Tengo un personal increíble a quienes trato como miembros de mi familia, Olivia comenzó a trabajar para mi hacia menos de cuatro años, ya que mamá Madne me la había recomendado.
A pesar de ser joven para trabajar en mi casa, termine compadeciéndome de ella y acepte que trabajará para mi.

Ya que con el salario que gana puede pagar su apartamento y ayudar en las situaciones que pasan en su casa.

Buenos Días Olí.—Saludo. Acercándome a ella y plantando un beso en su mejilla, ella ríe.

Doy un vistazo a lo que sea que está cocinando, puede que tenga una mujer que cocine para mi,
Pero debo admitir que por momentos extraño la comida de Adiel, ese idiota cocina mejor que un chef.

Buenos días Nano, ¿como amaneciste?.—pregunta dándose
la vuelta pasando sus manos por su delantal.

la veo acercarse  a mí y dejando un vaso de algo extraño en mis manos.

Lleve el vaso a mi nariz, arrugándola en el proceso.—amanecí bien gracias a Dios, ¿pero Oli, que es esta cosa tan extraña?.—digo alejándola de mi, ella muerde su labio para no reír.

Alzó sus hombros, riendo.

Un batido que vi en internet, es para cuando no tienes el tiempo de comer, está compuesto de legumbre y frutas.—susurró lo último dándose la vuelta, volviendo a sus quehaceres.

Deje el vaso en la encimara, haciendo una mueca de asco.—por nada en el mundo mi boca tomará algo así, huele a vomito mezclado con cucarachas.— negué, ella se dio la vuelta observándome a espera que dijese algo más desmesurado, como siempre.—olvídalo Olí, ¡dame verdadera comida mujer! Y  llama a tu esposo también.

Si. Ella estaba casada. Debía admitir que Olivia es hermosa, su ojos avellanos y su carita tierna no la hacen lucir de 40 años, su esposo por lo contrario es un hombre fornido y es quien se ocupa de ponerme en mi lugar cuando trato de decir cosas que pueden traerme problemas.

El secreto de la Chica  Pentecostal © [Verdades no Dichas #2] Where stories live. Discover now