Capitulo 12. | Me cansé, voy a dejar de esperar.

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Un día llegué donde un amigo panadero.—dice el pastor, todos estamos atentos a sus palabras.— y le expresé la suerte de su oficio por poder comer pan caliente a lo que él me respondió—relame su labio pensativo, frunce un poco su ceño para luego proseguir con sus palabras.—: "nooo, al principio siiii pero uno se cansa de eso, es más, lo que menos como ahora, es pan". Yo quedé sorprendido, pensativo y dije: le dio el fastidio de la abundancia de pan.

Hoy es miércoles. Para ser exacto es miércoles en la noche. Luego de salir del trabajo corrí rápidamente a casa y llegue cinco minutos antes, al servicio.

Alzó mis ojos de la Biblia y vuelvo a enfocarme en lo que el pastor está diciendo.

—El mismo caso lo encuentro en la Biblia, cuando el pueblo de Israel estaba en el desierto ellos clamaron por comida y se les dio, pero al tener la abundancia dijeron: "¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano" Números 21:5.

Analizó las palabras que Dios está tratando de decirme. Hace menos de tres días que ando en un caos emocional, y estoy seguro que el único que puede volverme a enderezar es el señor.

Escucho los amenes que el pueblo De Dios dice, para luego notar como el pastor ojea la Biblia.

—Cuando llegamos a la iglesia llegamos muertos de hambre por la palabra de Dios (pan espiritual).—dice cerrando levemente la Biblia.—Por eso una de las cosas que como cristianos debemos tener cuidado, es en llegar a tener fastidio de la comida espiritual, llegar a criticar prédicas o ignorar mensajes, menospreciar escritos edificantes por el hecho de que "yo también lo hago y mejor, no me interesa leerlo", es mal síntoma de fastidio de la comida espiritual.

Asiento a sus sabias palabras. Aveces en el camino De Dios, creemos que no necesitamos alimentar nuestras almas, creemos que solo basta con escuchar una canción que mencione su nombre, o simplemente de congregarse. Pero el ser Cristiano va más allá de eso, entregarse completamente a la obra De Dios y a su servicio, son pocos los que realmente lo hacen.

—Hoy más que nunca debemos estar atentos a comer palabra de Dios, hoy más que nunca debo crear la necesidad y mantener la humildad para recibir con amor la palabra de Dios, venga del siervo que sea.—nos invita a ponernos de pie, cierro mi Biblia y obedezco.

—NO PODEMOS CAER EN EL ERROR DE MORIRNOS DE HAMBRE CON TANTO PAN DADO DEL CIELO—el pastor habla muy serenamente.— Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús 2 Timoteo 1:13.

Los amenes y aplausos que le siguen a la corta reflexión que se da en los cultos de oración, son tan fuertes que me sorprenden. Todo lo dicho por el siervo de Dios es tan real que aveces siento que somos más bien, oidores olvidadizos y de cierta manera es un poco triste.

***

Uno.

Dos.

Tres.

Cuatro.

Cinco.

Golpes son propinados sobre el costal de arena que es sostenido por una fina cuerda, que al mismo tiempo luce resistente.

Mis puños lo golpean con fuerza y sin ningún tacto. Odilon mi entrenador personal, sostiene el saco con más fuerza de lo normal.

El sudor empaña mi vista y hace que mis ojos ardan, pero no me importa. Un golpe tras otro es propinado sobre el saco de boxeo, me siento relajado. Siento que una parte de mi está descansando.

Me tambaleo un poco hacia atrás y luego alzó mi puño para estamparlo con fuerza sobre el molesto saco, golpearlo es como si le hiciera daño a una parte de mi que deseo ver morir.

El secreto de la Chica  Pentecostal © [Verdades no Dichas #2] Where stories live. Discover now