HUNTER (1)

Capítulo IV

Hola, les escribía esto para informar a mis lectores de Hunter que he editado la novela en Litnet, todo va a ser muy diferente y no es el estilo que utiliza Laurann Dohner, de hecho para los que leyeron el spinn of de slayer and death ya saben que esta es mi propia saga pero decidí adaptarla a las nuevas especies así que por este motivo no voy a borrar Hunter de aquí pero quería invitarlos a leer como era antes de la adapcion, espero que lo disfruten.

aquí les dejo el link y en los comentarios : https://litnet.com/es/book/luna-de-hielo-b98514

Tabbee trató de abrir los ojos sintiendo un punzante dolor en la sien, el ardor en la garganta le indicaba que tenía un sed infernal sin embargo por alguna razón no podía abrir sus ojos.

El murmullo de varias personas se escuchó para después escuchar la firme voz de la doctora Trisha diciendo que no podían entrar pero cuando los murmullos se hicieron más sonoros Tabbee supo que poco caso le habían hecho. El dolor pronto se hizo más fuerte entonces ella gimió.

—Tabbee ¿Estás bien?

La voz de Ángela a su lado ocasionó que abriera sus ojos pero pronto tuvo que cerrarlos por la luz de la habitación.

Su hermana tomó su mano pero al instante jadeó sorprendida por la temperatura de su cuerpo.

— ¡Está ardiendo doctora!

La palma fría de Trisha se posó en la frente de Tabbitha asintiendo.

—Pero ¿es normal, no? Ella es una...

La morena abrió los ojos y vio como Slash se calló al verla despierta.

—No es normal —dijo la doctora—, tiene fiebre, por eso quiero que me dejen a solas con ella.

— ¿Está mal? ¿Qué es lo que tiene? —preguntó con evidente preocupación el nueva especie rubio.

Tabbee se mordió la lengua para no gritarle ¿Qué le importaba? No obstante por la mirada dolida que le mostró ella supo que él estaba consciente de sus rudos pensamientos.

—Yo me quedo con ella doctora —habló con timidez Ángela aferrándose a su mano.

—No, quiero que vayas afuera Ann, por favor.

La rubia frunció el ceño sin embargo suspiró y terminó asintiendo obedeciendo a su hermana mayor.

Cuando ambos salieron Trisha la miró y su máscara de seriedad se cayó, su ceño se frunció en preocupación y tomó una de sus manos, Tabbee por otro lado suspiró fastidiada no le gustaba que nadie sintiera lástima por ella, después de todo ella había superado aquello sola.

— ¿Tienes la visión borrosa constantemente? —Preguntó Trisha.

Tabbee se limitó a asentir.

— ¿Alucinaciones, bloqueo auriculoventricular...?

—Sí, sí a todo sí, yo sé lo que tengo doctora Trisha y si tan solo dejara de parlotear yo misma se lo confirmaría.

Trisha le dio una sonrisa falsa para continuar hablando.

—Lo sabes —dijo asintiendo—. Por eso dijiste lo de los hospitales.

La morena solo asintió sintiendo una opresión en el pecho.

— ¿Lo sabe tu hermana?

—No, por eso le dije que saliera.

Trisha asintió.